Entrevista a Félix de Azúa‏ por La revista suizo alemana "ECOS"

Entrevista a Azúa, en la que responde a preguntas sobre el arte y la filosofía.


ENTREVISTA:

La revista suizo alemana "ECOS" (para España y Latinoamérica) me envió estas preguntas. Allá van las respuestas.

1. Como usted señaló en el congreso de Berlín, desde el Romanticismo el arte está en continua crisis: fin del arte, anti-arte, arte del fin del arte, post-arte... son algunas de las expresiones que han circulado desde entonces. No obstante, el arte parece gozar de buena salud en nuestros días: el público acude en masa a museos, galerías, teatros y auditorios, y no sé si hubo anteriormente épocas en que proliferaran tanto los artistas. ¿No se ha enterado el gran público de la crisis del arte? ¿O lo que está en crisis es precisamente ese arte demasiado crítico, demasiado "negativo" (Adorno) o demasiado "deshumanizado" (Ortega)?

Decir que el arte está en continua crisis resulta algo ambiguo, habría que decir más bien que el arte moderno y contemporáneo ES crisis, él mismo consiste en crisis, o bien trata exclusivamente sobre crisis: su asunto, su tema, su esencia, llámelo como quiera, es crisis. Para el arte actual lo crítico es como la humedad para el agua. Desde el romanticismo, cuando las artes comienzan a derivar en arte reflexivo, la evolución de la crisis llamada "arte" ha ido desnudando los ropajes antiguos del trabajo artístico en una continuada labor negativa. En la actualidad ya sólo queda el hueso. De ahí su popularidad. El arte como reflexión crítica pura de esa actividad llamada "arte" es, necesariamente, un acontecimiento democrático, para lo cual ha tenido que pasar del gabinete individual al espectáculo de masas. Que sea incomprensible no tiene importancia. También en los tiempos en que ese papel lo jugaba la religión acudían las masas a las iglesias sin necesidad de comprender el misterio de la Trinidad. Mejor dicho: acudían justamente porque no había modo de entenderlo.

2. Después de la pérdida del idealismo, ¿resurgirán las vanguardias? ¿Tiene aún algún sentido la vanguardia artística?

No lo creo. Las vanguardias son el último momento histórico del romanticismo, es decir, del arte propiamente burgués. Una vez desaparecida la burguesía no hay motivo para que las actividades artísticas insistan en la justificación vanguardista, como no sea en el currículo para la petición de subvenciones. De hecho, lo que ahora se presenta como vanguardia o experimento es precisamente lo más reaccionario: restos de burguesía en un mundo sin burgueses.

3. ¿Cómo se imagina el arte del futuro?

Es imposible imaginar tal cosa, entre otras razones porque el futuro es también una figura del arte. El futuro como tiempo verbal sólo puede entenderse metafóricamente. Vivimos poéticamente cuando decimos, por ejemplo, "El año próximo me bañaré en la piscina de Lourdes", o bien, "Nos casaremos dentro de tres meses". No hay nada más allá de lo que ahora es, excepto nuestras narraciones. En ese punto creo que lo más sensato son las tesis sobre la historia de Walter Benjamin.

4. Quien sí parece estar en crisis es la filosofía. En las últimas décadas, los filósofos dan la impresión de haberse atrincherado en las universidades. Lejos han quedado los tiempos de un Sartre o un Camus. Fuera de las aulas, ¿cuál es, si la tiene, o debería ser la función del filósofo en la actualidad?

Tampoco estoy muy de acuerdo con la formulación de la pregunta. Hay en ella varios supuestos que me parecen difíciles de sostener. Por ejemplo: lo que sí está en crisis es la universidad, hasta el punto de haber desaparecido. Los grandes campos de aparcamiento de futuros parados que llamamos "universidades" no tiene la menor relación con aquel lugar en donde se aprendía a ser humano y que inventaron los góticos. No hay filósofos en sentido serio desde hace un siglo. El mismo Heidegger abominaba de la palabra. Hay, eso sí, "profesores de filosofía", que son los encargados de ese entretenimiento en los campos de futuros parados. Yo mismo lo he ejercido durante treinta años. Lo más notorio del pensamiento actual (en Alemania, por ejemplo, Sloterdijk y Zizek, en Italia Agamben, etc,) sólo muy indirectamente puede considerarse integrado en la universidad. Subsisten unos cuantos filósofos de estilo gótico en algunos Colleges británicos. Como todo en Inglaterra, es un admirable modelo de conservacionismo sólo comparable a los jardines de Capability Brown o a los beefeaters de Buckingham Palace. Todo lo cual demuestra que los filósofos son perfectamente inútiles para la sociedad contemporánea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario