Primero Barrabás

Por Francisco Chaviano González.
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -El presidente Raúl Castro declaró en su discurso ante el VIII  período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que el Consejo de Estado concederá indulto por razones humanitarias a dos mil novecientos prisioneros, de los más de cien mil que componen la población penal cubana. Serán beneficiados fundamentalmente reclusos comunes, entre ellos  mujeres, ancianos, enfermos y jóvenes “reeducados”. No obstante también serán liberados algunos sancionados  por delitos políticos que ya han extinguido buena parte de su pena.
Aseguró que las conmutaciones de sanción se realizarán atendiendo a peticiones familiares, del Consejo de Iglesias de Cuba y la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, así como por los cuatrocientos años de aparición de La Virgen de la Caridad del Cobre y la próxima visita a Cuba del Papa Benedicto XVI.
Será la excarcelación más grande de los últimos veinte años, y la segunda con motivo de la visita de un Papa. A pesar de que  el mundo ha clamado por la liberación de prisioneros políticos, el gobierno de La Habana sólo libera fundamentalmente a presos comunes y unos pocos políticos.
Recuerdo la visita de Su Santidad Juan Pablo II, en 1998. Yo me encontraba cumpliendo una condena de 15 años por razones políticas, cuando el gobierno anunció las tipificaciones de sancionados que serían excluidas. Puedo imaginarme entones, como se sentirán mis compatriotas: son momentos de expectación, ansiedad, alegría para unos pocos y frustración para la mayoría.
Mi amigo el Dr. Omar del Pozo Marrero y yo teníamos la misma sanción de 15 años por  delitos similares, Revelación de secretos concernientes a la Seguridad del Estado, que no figuraba entre las exceptuadas. El había extinguido seis años de condena y yo cuatro. Mi compatriota aseguraba  que nos liberarían juntos, apuntalándose en razones obvias. Yo  le reconvenía que a él lo liberarían,  pero a mí no, porque el gobierno aún no había saciado el rencor que me profesaba. Hubiera  querido perder la apuesta, pero no fue así, tuve que cumplir mi sanción completa.
Hoy se  repite la misma historia. Las  liberaciones no se ceñirán a una regla, sino al libre albedrío gubernamental. Nos imaginamos que algunos casos, como  Rafael Ibarra Roque, a  punto de  cumplir su sanción en  febrero, debe salir, pero  nos preguntamos si estará incluido Ernesto Borges Pérez, quien lleva catorce años en prisión y  desde hace cuatro le corresponde la libertad condicional,  por tanto liberarlo sería cumplir con lo dispuesto. ¿Y cuál será la consideración para los cuatro jóvenes encarcelados por enarbolar unos carteles frente al Consejo de Estado?.
¿Terminará  el martirio para  Elías Pérez Bocourt, quien lleva veinte años de prisión política bajo hostigamiento vejaminoso de los carceleros, por complicidad de  asesinato, por  estar en el momento y lugar equivocado, ya que no participó en los hechos y  se enteró por la prensa al día siguiente?
¿Qué tratamiento darán a los casos de Tráfico de Personas, clasificados como delitos comunes, pero cuya connotación política y  el  ensañamiento de su sanción exagerada son por todos conocidos?  Entre ellos distingo el caso de Rolando García, que  lleva más de diez años de cárcel, a pesar de que Medicina Legal lo declarara no apto para estar en una celda. Así como  Raúl Rodríguez Soto,  y  muchos más.
¿Nos preguntamos si entre los extranjeros que serán liberados  estará  Alan Gross,  el menos justificado de los extranjeros para tener en prisión? ¿Y  si ante que los  nobles  defensores del progreso y la libertad,  el estado preferirá primero soltar  a Barrabás, como cuentan  las sagradas escrituras?

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