Entrevista a Ai Weiwei

Por José Reinoso.





Pregunta: ¿Por qué le han acusado de evasión de impuestos?

Respuesta: Cuando me detuvieron el 3 de abril en el aeropuerto, me vendaron los ojos y me llevaron a un lugar secreto. Era un búnker. Me ataron con las esposas a una silla, y comenzaron los interrogatorios. Me arrestaron por mis críticas al Gobierno. Solo puedo utilizar sus palabras, me dijeron que querían hacerme parecer malo ante la gente. Me acusaron de colocar pornografía en Internet, de bigamia, de copiar el trabajo de otros artistas. Me puse furioso. Era un juego infantil y no ético. Pero la cosa era seria, era un secuestro. Les pregunté si podía llamar a un abogado. Me dijeron que no, y que no podría contactar a mi familia al menos durante seis meses. Luego, la mayoría de las preguntas fueron sobre derrocamiento del Gobierno, subversión del poder del Estado.


¡Qué intolerable desafío, el de un hombre defendiéndose!

Por Arcadi Espada.

La prensa socialdemócrata ve el asunto con una gran claridad. «Camps declara en el juicio que pagó los trajes, pero no aporta pruebas.» Para que aprendan los niños, no en vano la noticia más preocupante para el expresidente es que hay miembros de su jurado que apenas tiene treinta años. Es decir que se habrán formado bajo la lógica que hoy expone con supina cara dura nuestra prensa, esto es, que un acusado debe demostrar su inocencia. Una actitud, en todo caso, perfectamente explicable porque cuando declare el valiente sastre Tomás nuestra prensa no escribirá lo que es cierto desde el minuto uno… «El sastre declara en el juicio que Camps se llevó gratis los trajes, pero no aporta pruebas.»
El expresidente no aportó pruebas, porque no puede aportarlas; pero sí indicios razonables del porqué no puede: no pide tickets ni facturas porque no va a desgravarlos ni le van a devolver el monto a cuenta de gastos de representación. O sea que hace lo mismo que yo. Y, probablemente, aunque esto no lo dijo, porque en la ganga del Forever Young de Serrano (trajes a mitad de precio) no estaba incluido el IVA que obligatoriamente debe constar en una factura.
El periódico y alguno de sus comentaristas se encelan en el desafío. «Camps desafiante», dice la portada. Y el comentarista González, que aún se arranca: «Flamenco y muy desafiante.» Hombre, hombre. Esta es la misma estrategia que cuando a alguno le llaman polémico, a fin y efecto de que sepa que juega en campo ajeno. Resulta que durante más de dos años una desafiante manada mediática miente sobre un hombre, se burla zafiamente de él (El Curita, Amiguito del Alma) y consigue su propósito de echarlo de la presidencia de la Generalitat. Y cuando este hombre, por vez primera durante estos años, tiene la oportunidad de hablar seguido y sin intermediarios sobre él y su circunstancia dice cosas como:
1. Que salió de la Generalitat con su (pequeño) patrimonio intacto.
2. Que conocía a Álvaro Pérez como lo conocía todo el partido.
3. Que el entrar en el Gobierno redactó una circular por la que prohibía aceptar regalos a partir de una determinada cuantía.
4. Que devolvió los regalos navideños de Álvaro Pérez y que la prensa cercenó ese trozo del pinchazo telefónico que describía esa voluntad propia y de su esposa.
5. Y que el magistrado de la causa trabajó en la secretaria general de Presidencia en los tiempos del socialista Lerma.
Entonces el periódico escribe que incurre en desafío. El fuste torcido de la humanidad, sin duda.
Al fiscal, al juez instructor, a la policía y a la prensa española les aguardan unos días difíciles. Habrán de probar que Francisco Camps se quedó unos trajes sin pagarlos y que fue a causa de su cargo. Esta es la cuestión y todo lo demás humo de chusma.
Y una cosa más. Contrariamente al relato mediático dominante, Camps no habló ayer de política. Solo trató de defenderse. Hablar de política sería, por ejemplo, hablar de Eduardo Zaplana. Puede que algún día lo haga. Pero no fue ayer.

El respeto a las ideas

Por Fernando Savater.

Allyssa Monks 2010


















Fuente: Alyssa Monks.