La educación privada es beneficiosa para los pobres

Un estudio sobre las escuelas privadas para los pobres en países de ingresos bajos por James Tooley y Pauline Dixon. 2006.

También se puede ver el vídeo de Pauline Dixon en TED.


Conclusiones e implicaciones.

Por supuesto, ninguna de estas conclusiones significa que no hay nada por mejorar en el sector privado que brinda servicios de educación a los pobres. En primer lugar, el acceso a la educación privada podría extenderse aún más potenciando las iniciativas ya lanzadas por las mismas escuelas privadas, mediante las cuales éstas ofrecen vacantes sin cargo o con pensiones reducidas a los niños más pobres. Las organizaciones de beneficencia y el estado podrían ampliar y multiplicar estos programas informales para brindar a los niños más pobres “pasaportes escolares” o vales (aunque, si el estado fuera el responsable de administrarlos, se correría el riesgo de que la mayor regulación podría asfixiar el crecimiento de las escuelas privadas). De este modo, muchos más niños pobres tendrían la posibilidad de concurrir a escuelas privadas no subsidiadas.

Los administradores de las escuelas privadas son conscientes de que su infraestructura y sus instalaciones pueden mejorarse, y muchos toman la iniciativa de crear federaciones o asociaciones de escuelas privadas que los agrupen y les permitan ayudarse entre sí. Estas asociaciones tienen como objetivo la capacitación de administradores y docentes, y el desarrollo del currículo, y cuestionan los regímenes regulatorios que imponen sus gobiernos. Sería posible potenciar los esfuerzos de las asociaciones mediante la creación de una red mundial de escuelas privadas y sus asociaciones que podría realizar nuevas investigaciones y divulgar información acerca del papel de la educación privada para los pobres entre formadores de opinión y responsables del diseño de políticas públicas. Esta red podría premiar la innovación y la excelencia en las escuelas, y movilizar recursos adicionales para colaborar con las mejoras.

Mientras realizábamos nuestro estudio en Nigeria y Hyderabad, los equipos de investigación movilizaron recursos para la creación de dos fondos de préstamos circulares para colaborar con las mejoras de las instalaciones de las escuelas privadas. Las escuelas toman préstamos de hasta 1.000 dólares para construir aulas nuevas, equipar sus bibliotecas y laboratorios, y mejorar la capacitación docente. Estos préstamos pueden extenderse y repetirse para permitir que más niños accedan a la educación en un entorno cada vez mejor, más seguro y más favorable para su educación. Podrían ofrecerse, además, otros servicios de educación para ayudar a las escuelas privadas sin subsidio a perfeccionarse y dar un servicio mejor a su comunidad.

En lugar de suponer que el sector de la educación privada no subsidiada constituye un problema, debemos considerarlo una gran fortaleza. Se trata de una demostración dinámica de cómo el talento emprendedor de algunos habitantes de África y de la India puede contribuir vigorosamente al mejoramiento de la educación, incluso para los pobres. Su existencia y su crecimiento deben ser motivo de celebración.

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