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Los sustos baratos y los apologetas

Andrés Trapiello.



EL martes 14 El País nos sorprendía a todos con una portada que dedicaba su foto principal a cierta “obra”: una escultura de un Franco de corte hiperrealista vestido de militar, metido de pie y con las rodillas flexionadas, lo que aún le hacía más ridículo, en una de esas neveras de Coca-Cola que se ponen en los pasillos y salas de espera. Ni siquiera el arte contemporáneo tendría un nombre apropiado para esa ocurrencia: ¿Escultura? ¿Instalación? ¿Museo de cera? ¿Arte conceptual? ¿Arte político? ¿Imaginería popular? ¿Publicidad encubierta de Coca-Cola? ¿Carambola a tres bandas de la Fundación Francisco Franco que ve cómo languicede su legado (y que  diecisiete horas después de publicado este asiento, así parece confirmarlo, demandando al autor de "la obra")? Fue Ramón Gaya quien definió mejor toda esta clase de quincallería: "sustos baratos". Sustos baratos que suelen salirnos, por lo general, carísimos, ya que casi siempre son los museos y las instituciones culturales públicas quienes acaban apechugando con ellos y empapuzándonoslos.

Lo que a este en concreto le hace diferente de otras mamarrachadas no es tanto que sea más o menos caro o de "gusto" discutible, sino que haya aparecido en la portada de El País, una entidad privada con reputación de seria y amarillista lo justo (y ya estamos temiéndonos lo peor, todos los otros medios de masas a los que El País ha señalado el camino, y que a lo largo de esta semana van a meternos a Franco hasta en la sopa). 

Ni siquiera hemos de pensar qué habría ocurrido si se hubiera tratado de una figura histórica no menos significativa para los españoles e incluso con el mismo cariz totalitario, pero de signo político contrario, pongamos por caso Enrique Líster o Dolores Ibarruri. ¿Le habrían dado la portada? Claro que para ello tendríamos que encontrar antes a un "artista" que quisiera verdaderamente escandalizar o vacilar al burgués con algo políticamente incorrecto (hablar mal de Franco es, contra lo que parece creer ese artista, políticamente correcto; hacerlo de Pasionaria, hoy, no lo sería en absoluto, al margen de la consideración o los matices que pusiéramos en cada caso, de la misma manera que malicio que una posible momia de Aznar sería objeto de consideraciones lúdicas en tanto que otra parecida de González o Pujol probablemente se reputaría una provocación de mal gusto), puesto que eso es de lo que al parecer se trata, lo que se persigue, el escándalo: el ser o no ser en una sociedad del espectáculo como la nuestra.Y si en este caso la representación de la obra es la obra misma (¿sería diferente la "obra de arte" si la momia fuese del Che Guevara, La Pasionaria o, más audaz aún, la de Santiago Carrillo, que sigue vivo? Desde luego que no, sólo el escándalo sería distinto, y también los periódicos que la hubiesen sacado en sus portadas), no podremos dejar de hacer algunas consideraciones.

La primera de todas es que el autor, Eugenio Merino, nació el mismo año en el que Franco murió (en la cama), pero que por simple estadística, de haberlo hecho pongamos treinta años antes, cabe suponer que habría sido uno más de los millones de españoles que no movieron un dedo para que la dictadura de Franco se acortase un solo día. Claro que quizá encontremos en este hecho sociológico la razón económica por la cual hayan querido darle la portada de El País,brindis de sus responsables a todos aquellos que habiendo tenido edad para haber luchado contra Franco no tuvieron el valor de hacerlo (estadísticamente una gran parte de sus lectores), convenciéndoles de este modo de que sí fueron antifranquistas, como  convenció De Gaulle en 1945 a todos los franceses de haber trabajado para la Resistencia. Y esto, en el caso que nos concierne, pasa por resignificar al dictador Franco, convertido en un icono risible, muñeco del pim pam pum para exorcizar los fantasmas que se le han atragantado a esta sociedad. Para eso, no obstante, es mejor que le demos la palabra al propio Merino, que habla del asunto como lo haría un publicista hortera: "Franco sigue siendo noticia, no ha desaparecido. Está más de moda que nunca con la Ley de la Memoria Histórica y el Diccionario Biográfico Español. Al principio barajé incluir [en la máquina de bebidas de Coca-Cola donde ha metido a Franco] a Mao Zedong, pero no funcionaba tan bien. Franco en una nevera es la imagen de su permanencia en nuestra cabeza", ha dicho, y podría haber añadido, "y en mi cartera". La "obra" que trajo el año pasado a Arco la vendió por 45.000 euros. Cierto que el periodismo está para dar noticia de los hechos, incluso cuando no pasan de ser sustos baratos, pero no si con ello se convierten además de mensajeros en apologetas, como es el caso. 

Algunos artistas contemporáneos pueden no ser Heidegger (los hay que lo intentan), pero tienen el instinto de los pícaros para sus trapicheos. Parece el caso de este Merino. Ha metido a Franco en una nevera de Coca-Cola (sutil: imaginamos lo que le ha costado llegar a esa idea), tiene el cinismo de decir que ha dejado fuera a Mao (seguramente está pensando en exponer en alguna galería emergente china) y se ha buscado para su obra un asunto blindado (a quien se la critique, siempre podremos llamarle fascista y desde un punto de vista artístico, reaccionario y casposo).

El País, 14 de febrero de 2012

Víctimas: 16 de febrero: Benjamín Fernández Fernández y José Fragoso Martín

Libertad Digital.



El martes 16 de febrero de 1982 dos atentados, cometidos con apenas tres horas de diferencia, acababan con la vida del guardia civil retirado BENJAMÍN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ en San Sebastián y del guardia civil en activo JOSÉ FRAGOSO MARTÍN en Oyarzun (Guipúzcoa).
Benjamín Fernández solía pasear todos los días con un par de amigos por la Parte Vieja de San Sebastián. Aquel martes, hacia las 14:30 horas, miembros del grupo Donosti de ETA dispararon por la espalda a quemarropa contra el ex guardia civil. Sucedió frente a las escalinatas de la iglesia de Santa María, en pleno centro de San Sebastián. Eduardo Pablos Vilanova, uno de los amigos que lo acompañaba, resultó herido en un tobillo.
Por este asesinato fueron condenados Jesús María Zabarte Arregui (en 1985) y Juan José Iradi Lizarazu (en 1988). Zabarte, el carnicero de Mondragón, es uno de los terroristas más sanguinarios de ETA. Nacido en 1945, entró en la banda asesina en 1967 con 21 años, captado por Domingo Iturbe Abasolo, Txomin. Fue encarcelado y salió libre con la amnistía de 1977. Pero nunca se redimió: su sangrienta trayectoria se resume en su participación en 20 atentados y 17 asesinatos, entre ellos el de Benjamín Fernández.
Su detención se produjo en la madrugada del 15 de junio de 1984. Zabarte estaba escondido en un piso de la familia Miner en el casco viejo de Hernani. El asesino dormía con dos fusiles AK-47 y 2.500 cartuchos junto a dos miembros del grupo Donosti que él lideraba: Juan Luis Lecuona Elorriaga y Agustín Arregui Perurena. La Guardia Civil entró por sorpresa en el piso y detuvo a Zabarte, pero los otros dos etarras se hicieron fuertes con la munición acumulada. Fueron conminados por Zabarte a rendirse, pero se negaron. El caso se hizo célebre porque los guardias civiles salvaron en el tiroteo, que acabó con la vida de Lecuona y Arregui, al niño Imanol Miner, de ocho años, que posteriormente ingresó en ETA, donde hizo "carrera" atesorando también un sangriento historial.
Zabarte, el carnicero de Mondragón, acumula condenas por 615 años y en 2008, con 63 años, seguía en la cárcel de Huelva. Es uno de los presos más antiguos de ETA: en ese momento llevaba 24 años seguidos en la cárcel. Su salida de prisión está prevista para 2015.
Benjamín Fernández Fernández de 61 años, era de Puebla de Burón (Lugo). Estaba casado y teníauna hija. Benjamín, agente retirado de la Guardia Civil, trabajaba desde doce años antes de ser asesinado como conserje en la Delegación del Ministerio de Educación de San Sebastián.

Apenas tres horas después del asesinato de Bejamín Fernández, el cuerpo del guardia civil José Fragoso Martín fue encontrado en su coche con un disparo en la cabeza. El atentado se produjo sobre las 19:00 horas cuando José paró su automóvil, un Seat 127, cerca de su domicilio situado en un bloque aislado del barrio de Larzábal en Oyarzun. En ese momento, varios terroristas se aproximaron y le dispararon a través de la ventanilla del vehículo, alcanzándole en la nuca y causándole la muerte en el acto. En las inmediaciones fueron encontrados tres casquillos de bala. El atentado lo cometió, al parecer, el mismo grupo Donosti que había asesinado a Benjamín Fernández tres horas antes. Sin embargo, Jesús María Zabarte Arregui no ha reconocido este asesinato.
José Fragoso Martín había nacido en la localidad de Larache (Marruecos). Ingresó en la Guardia Civil en 1975 y, en el momento de su asesinato, estaba destinado en el Servicio Fiscal del Puerto de Pasajes. Tenía 35 años, estaba casado y dejaba huérfanos a cuatro niños.
El Gobierno autónomo vasco condenó los dos atentados y denunció "la descarada provocación que buscan los autores de estos crímenes". En una nota hecha pública a última hora de la tarde del miércoles 16 de febrero, el Gobierno vasco indicaba que ha conocido "con indignación y amargura" los dos atentados, "que han costado de nuevos dos vidas humanas, causando dolor irreparable en los allegados de las víctimas". En un comunicado difundido a media tarde, el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) calificó a los autores de los atentados de "vulgares asesinos que, alegando ser defensores del pueblo vasco únicamente buscan la desestabilización de la democracia". Por su parte, UCD manifestó que los atentados cometidos en San Sebastián y Oyarzun son un nuevo elemento de la "marea de sangre que tanto repugna a la mayoría de los vascos", y señaló que la violencia se dirige, en primer lugar, contra el País Vasco y sus ciudadanos. Por último, el Partido Comunista de Euskadi señaló en otro comunicado de condena que "las fuerzas políticas vascas, el Gobierno vasco y su Parlamento, deben contestar como se merece a quienes persisten en actividades provocativas y terroristas".

Reforma Laboral: ¿Y ahora qué?

Xavier Sala i Martín.

La catastrófica situación del mercado laboral (tasa de paro de más del 20% por tercera vez desde que llegó la democracia, la tasa de temporalidad más alta de Europa y 50% de los jóvenes sin empleo), han obligado al nuevo gobierno de España, presido por Angela Merkel, a aprobar una profunda reforma. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿funcionará?
La respuesta es complicada debido a la enorme cantidad de medidas adoptadas, pero intentaré dar unas pinceladas con el poco espacio del que dispongo. Para evaluar si una ley va a funcionar, tenemos que pensar si corrige correctamente los problemas que pretende solucionar. En este sentido, el marco laboral español tiene cuatro grandes grupos de deficiencias. La primera es la de la dualidad extrema: en España hay dos tipos de ciudadanos, los “insiders” (los que están dentro) y los “outsiders” (los que están fuera). Los “insiders” tienen trabajo fijo protegido por unos de los costes de despido más altos de la UE y con un sueldo más o menos aceptable. Los “outsiders” se debaten constantemente entre el desempleo y el empleo temporal con salarios ínfimos y sin coste de despido. Al ser muy caro despedir a los “insiders”, las empresas no ofrecen muchos contratos permanentes, y eso hace que a los “outsiders” les sea casi imposible encontrar empleo fijo. De alguna manera, la excesiva protección de los “insiders” agrava la precariedad de los “outsiders”.
Para paliar esta anomalía, la reforma abarata los costes de despido (se pasa de 45 días por año trabajado a 33 y de un máximo de 42 meses a 24). Eso reduce las diferencias entre “insiders” y “outsiders”, cosa que parece razonable... pero no las elimina. También se dan bonificaciones fiscales a empresas que contraten a “outsiders” jóvenes y parados de larga duración. Esto es una mala idea: subsidiar a las empresas que contraten a jóvenes no va a crear empleo sino que simplemente va a substituir el empleo de adultos por el de jóvenes. El empleo no se crea con subsidios sino con productividad.
La solución real al problema de la dualidad no son más tipos de contratos sino menos. De hecho, hace falta un solo contrato, fijo, con una protección intermedia para todos los trabajadores. Mientras se mantengan los dos tipos de contratos (fijos y no fijos), habrá dos tipos de trabajadores (“insiders” y “outsiders”). Así de simple. La conclusión es que la reforma del PP no solucionará el problema de la dualidad.
La segunda gran deficiencia del mercado laboral español es la falta de flexibilidad para ajustarse al ciclo económico. Si una empresa con beneficios ve que bajan las ventas, aumentan los impagos de clientes o aparece cualquier otro factor que pone en peligro su rentabilidad futura, sería bueno que el empresario se reuniera con los sindicatos y acordara una reducción temporal de salarios o de jornada laboral para que nadie pierda su empleo. El problema es que el sistema de negociación colectiva actual lo hace imposible, por lo que se ve obligado a reducir plantilla a través de complicados EREs que le acabará costando hasta 4 años de salario por cada trabajador despedido. A menudo, eso acaba implicando la quiebra y la pérdida de todos los puestos de trabajo. Millones de españoles están en el paro hoy por esta razón.
La reforma del PP permite que trabajadores y empresas pacten modificar la jornada laboral, el salario, los incentivos o el horario, con el objetivo de hacer que el despido o el cierre sea el último recurso. Desde mi punto de vista, esta flexibilización de la actividad empresarial es el aspecto más positivo de la actual reforma.
La tercera gran deficiencia es el del fraude: parados que realizan trabajos a destajo (y todos conocemos a alguno) o trabajadores que disfrazan su ausencia laboral con enfermedades simuladas. Para evitar estos abusos se impulsará que los que cobren del paro, presten servicios de interés general en beneficio de la comunidad (como limpiar bosques) y se incorporarán nuevas medidas (en una ley de mutuas que pronto se presentará) para evaluar mejor la incapacidad temporal.
En un país donde la picaresca todavía es vista como algo gracioso y divertido, la lucha contra el fraude a todos los niveles es fundamental. Ahora bien, lo de obligar a los parados a realizar trabajos de interés general me parece absurdo: si el gobierno piensa que limpiar bosques es de interés general, que contrate a trabajadores normales con salarios normales para que lo hagan. Y si esos trabajos no son útiles, no hace falta que los haga nadie. Tampoco los parados. En lugar de limpiar bosques, sería preferible ligar el subsidio de paro a la asistencia diaria a algún tipo de formación.
La cuarta gran deficiencia del mercado laboral es que a los parados les cuesta encontrar trabajo. Dado que sólo el 3% de parados encuentra trabajo a través del INEM, la reforma permite que las ETTs compitan con el INEM para buscar empleos. Aunque la competencia entre INEM y ETTs será buena, no será suficiente. Lo que impide que los parados encuentren trabajo no es la flagrante incompetencia del INEM sino la falta de crecimiento económico.
Y ésta es, desde mi punto de vista, la lección principal de esta reforma: es necesaria porque el status quo era intolerable y evitará que, en el futuro, la tasa de paro española se coloque por encima del 20% cada vez que hay una crisis. Pero ni evitará la lacra de la dualidad y la temporalidad patológica ni servirá, por sí sola, para crear empleo. Para ello es imperativo generar crecimiento económico. Por eso, mi pregunta para la presidenta del gobierno es: ya tenemos la deseada reforma laboral. ¿Y ahora qué?

Inquietudes sin sorpresas.

Anddy Sierra Álvarez.



El pasado 13 de febrero del 2012, el cielo amaneció despejado con la temperatura mas baja de lo normal. Donde el despertar de los ciudadanos del “Rosario” reparto ubicado en el municipio de Arroyo Naranjo de la capital cubana, es aturdidor, pues la panadería-dulcería de la localidad dejó de funcionar repentinamente, dejando de abastecer a la población. Alfredo uno de los vecinos que vive contiguo a la panadería, cita “eso posiblemente fue el ruido que sentí por la madrugada, como si fuera un corto circuito”, según el administrador alias el “chiqui” explica que por la lluvia caída en la noche, la filtración del agua por las malas condiciones del techo de mampostería, hizo que provocara un corto circuito a gran escala, pues el horno eléctrico y la maquina amasadora, únicas del local, fueron afectadas seriamente.
Una fuente cercana, trabajador del lugar, comenta que las condiciones eran pésimas y que lo que sucedió no lo sorprendió para nada, dice, es verdad que el techo era una de las causas, pero lo real era, un salidero de agua común dentro del cuarto donde se encuentran las maquinas de trabajo y que esta creaba una humedad constante y donde hay electricidad el agua es fatal. Los encargados de revisar las máquinas, dan la noticia que se habían quemado los cables eléctricos del horno y el motor de la amasadora y que se lo llevaban para el taller para enrollarlo y que podían tardar de una semana hasta 20 días. Alguno que otra persona murmuraba, – ¡Entonces hasta que no se reparen los motores no hay pan!-se escucha en alta voz proveniente del tumulto de personas por lo que la expresión quedo anónima. Después de varias horas, el delegado llega al lugar y les explica que no se iban a quedar sin pan, pues él ya había hablado con el administrador de la panadería central (es la encargada de cubrir la demanda de una panadería fuera de servicio) para que abasteciera la demanda de la población afectada, hasta que se solucionara el problema en un máximo de 20 días…
A las 5:00 pm, comenzaron a llegar los caballos con carretones llenos de cajas plásticas con pan, el trayecto que hay de la panadería central hasta la panadería-dulcería del “Rosario” es de unos 6 kilómetros de distancia, por lo que se empezó de 6:00 pm hasta las 8:00 pm a dar el pan a la población y todos se fueron tranquilos con la idea de que esta incomodidad se terminara en el plazo establecido por los trabajadores del taller de mantenimiento.

INEM, muestra de ineficacia del Estado

Mónica Mullor.


Reforma Laboral: Se reconoce a las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), como agencias de colocación de empleo en colaboración con el SPEE  (antiguo IMEM)



Lo cierto es que la mayoría de los desempleados acude a las oficinas de los SPEE para el mero trámite que da acceso a las prestaciones contributivas y asistenciales. Es decir, los SPEE no son un servicio de mediación de empleo, sino una ventanilla donde se va a cobrar y no a buscar trabajo.
Y así los datos y la Nueva Reforma Laboral lo confirman:  solo el 3,0% de las colocaciones es gestionado por los SPEE ( Red de oficinas antiguo INEM), mientras que las ETT son responsables del 14,0%; es decir, ¡las ETT colocan más de 4,8 veces  de gente que los SPEE, con sus 22.000 funcionarios y un presupuesto de 37.941,38€ anuales. (El mismo presupuesto de 2011 se mantiene para 2012)
UNA REFORMA TARDÍA…
“La transformación de los monopolios públicos europeos de intermediación laboral y provisión de empleos en áreas abiertas a las empresas privadas y a la colaboración público-privada se inició ya en la primera mitad de los años 901. Por su parte, la Comisión Europea viene planteando ya desde hace algunos años que Europa debe transformar los desafíos a los que se enfrenta (envejecimiento de la población, mayor competencia mun- dial, cambio tecnológico, presiones sobre el medio ambiente) en nuevas perspectivas. En la propuesta presentada por la Unión Europea en 2001, relativa a las directrices para las políticas de empleo de los Estados miembros para el año 2002, se plantea por primera vez la necesidad de una modernización de los servicios públicos de empleo a través de la ampliación de la oferta, permitiendo que empresas privadas de intermediación laboral acreditadas puedan colaborar con las públicas en la provisión y gestión de los programas y actividades de inserción laboral. A partir de estas nuevas directrices, los Estados miembros de la Unión se han visto enfrentados a un nuevo reto. Es decir, la reconversión o sustitución progresiva de las costosas oficinas nacionales de empleo por eficientes y menos costosas ofici- nas privadas de colocación, permitiendo que empresas privadas de intermediación laboral y de formación acreditadas colaboren con las pú- blicas en la provisión y gestión, y otorgando así mayores oportunidades de elección a los usuarios de estos servicios”. Para leer el artículo completo pinche aquí

Por el humo se sabe

Arcadi Espada.



Los disturbios en Atenas son una metáfora tan deslumbrante que hay que ponerse gafas de sol para ver algo. Metáfora global del tiempo, local de la crisis y particular del periodismo. «Atenas arde», dicen los periódicos con su acostumbrado sentido del ridículo y de la sinécdoque. Una niña de la prensa socialdemócrata titulaba hace un rato que «Atenas amanece en cenizas» lo que ha debido de motivar la intervención de un adulto, porque ya no consta en portada. 
Busco en vano en el relato de los periódicos qué es lo que pretenden los vándalos a cambio del cese de sus actividades, porque a mí me habían enseñado que uno sale siempre a la calle a ejercer un chantaje; pero no logro dar con sus pretensiones. No se sabe si pretenden que el parlamento no apruebe los recortes, la quiebra de Grecia y su salida del euro, que la quita sea del 100 por cien en vez del 70 acordado, o simplemente que llegue el día, el día en que por fin las cosas dejen de venir mal dadas. Comprendo la incertidumbre. Uno de los graves problemas para echarse a la calle contra la crisis es que es difícil identificar a quién debe colgarse del pino. Sí, uno puede vociferar que los bancos son culpables o los políticos;  pero se trata de identificaciones demasiado vagas, simplemente comunistas. Hay otro problema. Una responsabilidad extendida. La de muchos ciudadanos. Probablemente de muchos de los que salen a la calle: gastaron lo que no tenían. Es cierto que, al tratarse mayoritariamente de jóvenes, podrían protestar contra sus padres: pero no se ha visto que uno incendie edificios y lance cócteles molotov a la policía para protestar contra sus padres.
O sea que Atenas arde. La revolución solipsista.

Every World Press Photo Winner From 1955-2011

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