Antúnez y otros negros ignorados

Zoé Valdés.



Jorge Luis García Pérez, Antúnez, reúne todos los ingredientes para que la causa por la que lucha sea escuchada y defendida en el mundo entero. 
Antúnez es un hombre negro, lleva años luchando por la libertad de su país, es un hombre que se expresa correctamente, alto, claro y transparente, que ha salido a la calle en infinidad de ocasiones para clamar en contra de las injusticias. Su mujer, Iris Tamara Pérez Aguilera, no sólo lo apoya, además lo acompaña, y también, a su lado, ha sido y es una activista opositora por los derechos humanos. También es negra. 
Hace cuatro días Antúnez fue nuevamente detenido y lo mantuvieron desaparecido. Lo acaban de liberar. Lo detuvieron por declarar lo que piensa en un video que fue presentado en el Congreso de los Estados Unidos. Poco tiempo después salía de su casa cuando fue secuestrado en la calle, golpeado y encerrado en su calabozo.
Su esposa fue a verlo a la cárcel acompañada de otra opositora. No sólo no le dieron noticias, ni pudo verlo, además le informaron de que lo habían torturado y que ya no se encontraba en ese lugar. No le comunicaron adónde lo habían llevado. A Antúnez entonces lo desaparecieron. Y para confirmar la crueldad de estos hechos, tanto su esposa, como su amiga fueron golpeadas in situ, y vejadas verbalmente, además de amenazadas.
Antúnez estuvo en paradero desconocido. No sabemos lo que ocurrió con él en todo ese tiempo, pero podemos imaginarlo. En la actualidad se halla en libertad provisional, a la espera de juicio por los cargos de "difusión de noticias falsas, resistencia, desacato y atentado" que se le imputan.
Alguna prensa habló del caso, tibiamente, y CNN, por fin, se dignó a hacer un reportaje escueto sobre el tema. Los blogs cubanos, no todos, se hicieron eco del oprobioso acto de violación de derechos humanos. El blog cubano más célebre no ha publicado nada al respecto, como tampoco ha publicado nada acerca de la pareja Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro Muñoz, ambos presos desde el mes de marzo, ella en la cárcel para mujeres llamada Manto Negro y él en la cárcel Boniato. Muñoz en una celda de castigo por negarse a vestir el uniforme de preso común. Además han tratado de asesinarlo dándole un medicamento envenenado. Los acusan de terroristas y criminales. Esperan juicio.
Todavía no he visto una campaña internacional por estas personas, ni por Antúnez. No han salido en ninguna portada de ningún periódico importante. Nadie les ha dado un espacio en ninguno de esos periódicos a este valiente que ya ha estuvo anteriormente preso y torturado durante 17 años, y detenido y golpeado en unas cuantas ocasiones más, y tampoco a sus compañeros.
Antúnez no aboga por internet libre, ni por irse del país, ni por viajecitos de ida y vuelta, tampoco suscribe carticas infames para arreglarse momentáneamente con el régimen que lo oprime. Antúnez y sus compañeros luchan por la libertad, por la democracia, y contra todo tipo de violación de los derechos humanos.
Jorge Luis García Pérez, Antúnez, abrió también un blog, que ha sido bastante ignorado, se titula Ni me callo ni me voy, donde manifiesta sus ideas y verdades, cuando no está en las calles batiéndose de frente contra los militares esbirros.
¿El mundo se ha movilizado por Antúnez, por Sonia, por Ramón Alejandro? No, para nada. A su manera, Antúnez reclama lo que han reclamado tantos presos y opositores en diversos países, desde Nelson Mandela hasta Aung San Suu Kyi; para todos ellos ha habido oídos y ojos, y montones de gestos solidarios. Lo que no han recibido hasta ahora Antúnez, tampoco su esposa, ni los demás.
La rectitud de este hombre, y de los demás negros, es comparable con la de otros muchos que han sido tomados como ejemplos en el mundo y a los que el mundo ha seguido y clamado por su libertad. Y sin embargo, la soledad de este hombre y de sus compañeros da grima. No hay una explicación justa para semejante abandono.
Antúnez, infatigable como siempre, ataca por todos los frentes: las violaciones de los derechos de los niños, el abandono de los ancianos, la situación de los pobres, la falta de libertad de expresión, denuncia las presiones, persecuciones, la opresión del pueblo por una dictadura criminal. Pero nadie escuchaba en el pasado, y nadie escucha en el presente. Siguen sordos y mudos, y a Antúnez lo golpean, lo encierran, lo desaparecen, lo sueltan bajo libertad condicional, y será juzgado, acusado, al igual que los demás, de cualquier barbaridad que no han cometido.
Antúnez, vuelvo y repito, es un hombre negro, defiende la causa de la libertad y de la democracia, en contra de las injusticias. Su mujer es negra, y a la par que él, lucha por lo mismo: la libertad en toda su integridad. No son los únicos. ¿Qué pasa? ¿Por qué no los oyen y apoyan?
Sí, ya sé, son negros cubanos, pobres, y para colmo anticastristas. Todo queda dicho. Toda la perversión del mundo reaccionará en su contra. 

Víctimas, 16 de junio: María José García Sánchez y Eduardo Vadillo Vadillo

Libertad Digital.



El 16 de junio de 1981 la banda terrorista ETA asesinaba de un tiro a quemarropa, en la localidad guipuzcoana de Zaráuz, a la inspectora de PolicíaMARÍA JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ. Fue la primera agente de Policía muerta en acto de servicio en un atentado terrorista.
La inspectora participaba en un operativo antiterrorista en Zaráuz junto a varios miembros de la Brigada Central de Información a la que pertenecía. Tenían localizada una vivienda en la urbanización Vista Alegre, donde supuestamente se escondían miembros del grupo Goierri de ETA. Los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia en torno al edificio y se estaban preparando para entrar en el mismo.
Después de un rato de espera, cerca de la una de la madrugada la Policía forzó la puerta de acceso al portal. Mientras un grupo subía en el ascensor hasta el sexto piso, donde se presumía que podían haberse refugiado los terroristas, otro grupo quedó en el portal cubriendo una posible retirada. Entre estos últimos estaba María José García. Sin embargo, los etarras se percataron del despliegue policial e iniciaron la huida del piso. La inspectora comenzó a subir por la escalera, quizá porque había escuchado algo sospechoso, y al llegar a un descansillo, entre el portal y el primer piso, se encontró con los terroristas que le dispararon dejándola mortalmente herida.
El proyectil que alcanzó a María José García le atravesó el occipital, con trayectoria lateral, y le destrozó la parte posterior de la cabeza, según confirmaron fuentes médicas. La herida resultó mortal de necesidad y la joven ingresó cadáver a la 1:20 horas en el Hospital de la Cruz Roja de San Sebastián.
Los terroristas lanzaron dos granadas y se entabló un fuerte tiroteo, huyendo posteriormente tras hacer saltar a tiros la cerradura del primer piso. Desde una de las habitaciones los etarras saltaron por la ventana y huyeron hacia el monte Santa Bárbara, situado en la parte trasera del edificio. 
Los funerales por el alma de la inspectora asesinada se celebraron en el salón del trono del Gobierno Civil de Guipúzcoa. Posteriormente, sus restos mortales fueron trasladados a Madrid.
Por este atentado sólo fue condenado en 1987 el miembro de ETA Juan María Tapia Irujo, alias JonZapatones, a una pena de 7 años de prisión mayor por encubrimiento, al ocultar a los terroristas que acabaron con la vida de la inspectora de Policía. El grupo Goierri estaba comandado por Mikel Goikoetxea, alias Txapela, que fue asesinado en diciembre de 1983 por los GAL en San Juan de Luz. El etarra que disparó contra la inspectora fue José Luis Eciolaza Galán, alias Dienteputo. También participó en el tiroteo un tercer terrorista, alias Antxoka. Dienteputo, con seis asesinatos a sus espaldas, permanece fugado y sin juzgar. En 2010 era considerado por las Fuerzas de Seguridad del Estado uno de los máximos dirigentes de la banda terrorista ETA.
María José García Sánchez era natural de Madrid. Tenía 23 años y estaba soltera. Hija de guardia civil, formó parte de la primera promoción de mujeres inspectoras del Cuerpo Superior de Policía. Ingresó en la Academia en febrero de 1979, junto con otras cuarenta y una mujeres. Tras ser destinada a la Brigada de Estupefacientes de Sevilla, pasó a la Brigada Central de Información. En el momento de su asesinato estaba agregada en la de Guipúzcoa. En los dos años de servicio tuvo diez menciones oficiales de felicitación por su trabajo. Fue enterrada en Ciruelos (Toledo).
El 16 de junio de 1983 fallece EDUARDO VADILLO VADILLO, incapaz de superar las graves heridas sufridas por la explosión de una bomba dos días antes. A las once de la mañana del martes 14 de junio de 1983, Eduardo fue alcanzado por la metralla de una bomba colocada por ETA, que explosionó en el momento en que adelantaba con su vehículo a otro vehículo de la Guardia Civil, en el que iba el teniente coronel José Lull Catalá, objetivo del atentado, y cuyos ocupantes resultaron ilesos.
El atentado ocurrió en el Alto de Trabacúa, en una angosta carretera entre Durango y Marquina. El lugar, boscoso y con numerosas curvas, ya había sido escenario de otras emboscadas de la banda terrorista contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Hacía justamente un año, el 8 de junio de 1982, dos guardias civiles resultaron heridos, uno de ellos muy grave, en un atentado prácticamente idéntico, registrado en un paraje próximo al del Alto de Trabacúa. 
El 14 de junio el teniente coronel de la Guardia Civil, y jefe de la 512 Comandancia de Vizcaya, circulaba en su vehículo oficial por esa carretera. Durante todos los años que estuvo al frente de esa Comandancia, José Lull Catalá tenía por costumbre acompañar a las patrullas de sus agentes cuando tenían que hacer itinerarios regulares que les exponían a ser objetivo de atentados terroristas. De esa forma compartía el riesgo con los guardias civiles bajo su mando y mantenía alta su moral. Sabedores de esta circunstancia, la banda terrorista ETA había intentado atentar varias veces contra él.
Miembros del grupo Gorrochategui de ETA habían colocado en un arcén de la carretera una bomba del tipo conocido como hornillo. Se trata de un tipo de bomba en el que la carga es colocada adosada a los laterales de un recipiente metálico de forma cónica, que luego es rellenado con la metralla. El efecto es que, al estallar, el explosivo concentra la onda expansiva en el vértice del cono, proyectando la metralla en un ángulo de unos 45 grados. Es uno de los artefactos más mortíferos, pues la metralla así proyectada es capaz de perforar superficies muy duras. La bomba había sido colocada hacía algún tiempo, pues la banda terrorista sabía que, tarde o temprano, pasaría por la carretera algún vehículo de la Guardia Civil. La vegetación del lugar dificultaba la visión de los etarras, situados a unos setenta y cinco metros.
En torno a las 11:30 horas del 14 de junio, cuando el coche del teniente coronel Lull estaba a punto de llegar al lugar en el que estaba colocado el artefacto explosivo, fue adelantado por otro vehículo, conducido por Eduardo Vadillo. Los etarras confundieron ese coche con el de la Guardia Civil, y activaron la bomba. La potencia de la explosión desplazó el vehículo, acribillado por los diez kilos de metralla, a unos veinte metros de la carretera.
Eduardo Vadillo, alcanzado por la metralla en la cabeza, el pecho y un brazo, fue recogido gravemente herido y trasladado al Hospital de Basurto. El parte hospitalario precisó que el herido presentaba "heridas por metralla, orificio de entrada en parietal derecho, que provoca fractura con estallido de bóveda craneal y pérdida ósea, por entrada de una tuerca que aparece alojada debajo del parietal contralateral y produce salida de masa encefálica y signos de afectación neurológica muy importantes. Fractura abierta de húmero derecho. Herida incisa a nivel del tercio medio del esternón, no penetrante". Dos días después, el jueves 16 de junio, Eduardo fallecía en el hospital.
Sus compañeros de trabajo hicieron público un comunicado en el que expresaron su indignación por una situación en la que "son los más inocentes quienes pagan siempre las consecuencias de actos tan salvajes. Queremos que, de una vez por todas, nos dejen en paz, ya que lo único que pretendemos es vivir y trabajar en un clima de tranquilidad, pues estamos hartos de atentados y secuestros, que sólo conducen a destruir nuestra querida Vizcaya".
Tras la explosión de la carga, el conductor del vehículo del teniente coronel Lull Catalá, el guardia civil José González Rodríguez, se apeó del automóvil y repelió la agresión a tiros, subiendo monte arriba en busca de los autores del atentado. Éstos habían emprendido la huida, pero dejaron indicios y pistas que condujeron a la detención, a los pocos días, de Larrinaga Celaya.
En 1984 la Audiencia Nacional condenó al etarra José Ramón Larrinaga Celaya como autor material del atentado a una pena de 9 años de prisión mayor por un delito de atentado contra un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y a 29 años de reclusión mayor por el asesinato de Eduardo Vadillo. En 2002 fue condenada por este atentado a 23 años Carmen Guisasola Solozábal.
Según el relato de hechos de la sentencia, Guisasola integraba el grupo Gorrochategui de ETA junto con José Ramón Larrinaga y José Francisco Rementería Barruetabeña, alias Patxi Rementería(fallecido en 2000 cuando explotó el artefacto preparado para cometer un atentado que transportaba en un vehículo). Los tres eran de Marquina y residían en esa localidad. En 1983 planearon causar la muerte del teniente coronel de la Guardia Civil José Luis Lull Catalá, de quien sabían que solía viajar de Bilbao a Marquina cada cierto tiempo en un vehículo de color negro. Tras seguir a su objetivo durante un tiempo planearon colocar una carga explosiva en un talud de la carretera local B-140, para hacerlo explotar al paso del vehículo del teniente coronel. Para ello, prepararon un artefacto compuesto por 4 kilos de explosivo Goma 2 y 8 kilos de tornillería. En febrero de 1983 los tres terroristas se desplazaron hasta el lugar señalado y excavaron un agujero en el talud para introducir la bomba, encargándose Guisasola de extender un cable que uniría el artefacto con el dispositivo de activación. Durante varios meses se dirigieron al lugar para esperar el paso del automóvil oficial, lo que no ocurrió al seguir el teniente coronel un recorrido distinto al previsto por los terroristas.
El 14 de junio los terroristas se enteraron de que su víctima iba a pasar nuevamente por la carretera, por lo que se reunieron en el lugar donde estaba oculto el explosivo. Larrinaga retrocedió unos kilómetros atrás y esperó a que apareciera el automóvil de la Guardia Civil, para entonces ponerse delante y avisar con dos bocinazos de claxon. El adelanto del coche oficial por el vehículo conducido por Eduardo Vadillo frustró sus planes de acabar con la vida del teniente coronel. Tras el atentado, Guisasola escribió de su puño y letra una nota a la dirección de la banda terrorista en la que explicaba el error y señalaba que el teniente coronel se "había escapado varias veces" y, en letras mayúsculas: "ERA NUESTRO GRAN SUEÑO!!!".
Efectivamente, el grupo Gorrochategui de ETA había intentado asesinar a Lull Catalá en, al menos,tres ocasiones anteriores. El 29 de enero de 1982, cuando la Guardia Civil consiguió desactivar una carga con 5 kilos de Goma 2 y 16 kilos de tornillería en las proximidades de Marquina. El 8 de junio 1982, atentado en el Alto de Trabacúa, en el que resultaron heridos gravemente dos guardias civiles. Este segundo intento fue prácticamente idéntico al de un año después. Ese día el teniente coronel Lull iba con la patrulla, pero la dejó en Amorebieta para dirigirse a Guernica, cambiando de planes de forma imprevista. Por último, el 13 de octubre de 1982, los etarras Guisasola, Larrinaga y Rementería hacen estallar otra carga de 5 kilos de Goma 2 y 15 de tornillería, otra vez en las proximidades del Alto de Trabacúa. El teniente coronel había pasado por la zona cinco minutos antes, por lo que la explosión no le afectó a él, pero sí a dos de sus subordinados. Resultaron heridos dos guardias civiles, uno de ellos de gravedad.
Cabe resaltar que, curiosamente, el teniente coronel Lull Catalá, el "gran sueño" de la etarra Guisasola, luchó siempre contra la ETA cumpliendo estrictamente la ley, por lo que se opusosiempre a la utilización de cualquier atajo en la lucha antiterrorista y a las actividades de los GAL. Pese a ello, y como hemos visto, la banda terrorista ETA intentó, infructuosamente, acabar con su vida una y otra vez. Otro dato a tener en cuenta es la información con la que contaban los miembros del grupo Gorrochategui para cometer el atentado. Por un lado, Patxi Rementeríatrabajaba en la fábrica de armas de Marquina, por lo que tenía información exacta en cuanto a días de transportes y, con toda seguridad, en cuanto al vehículo oficial utilizado por Lull Catalá. Por otra parte, los etarras también habrían tenido acceso a documentos oficiales. De ahí que Guisasola utilizase correctamente la abreviatura de "teniente coronel" en la nota manuscrita que remitió a la dirección de la banda.
ETA no consiguió acabar con la vida de Lull Catalá, aunque por el camino quedaron varios guardias civiles gravemente heridos y la vida de Eduardo Vadillo.
Eduardo Vadillo Vadillo era natural de Villalba de Losa (Burgos), aunque estaba domiciliado en Bilbao. Tenía 58 años, estaba casado y era padre de dos hijas. Trabajaba como jefe de ventas de la delegación de la empresa Land Rover Santana en Bilbao. El 14 de junio, día del atentado, se dirigía por la carretera de Durango a formalizar un contrato con un cliente.

Comunismo y violencia

por Arcadi Espada.



Al dar la noticia del éxito en la Feria del Libro de una edición del Manifiesto Comunista el cronista Ridao escribe en la prensa socialdemócrata: «Puede que detrás del inesperado éxito se encuentre cuando menos la curiosidad de dilucidar en qué aspectos podría seguir vigente y constituir una esperanza para unos países que están perdiendo casi todas.» Una frase que a 7 de junio vincule el comunismo con la esperanza es una ofensa sobre la que poco hay que hablar. Lo que, por el contrario, sigue siendo interesante es la facilidad de circulación de la frase, estampada en un periódico influyente y no en la faja de un sucio volumen marginal de venta exclusiva en la librería Europa. La relación entre el Manifiesto Comunista y sus millones de muertos es comparable a la de Mein Kampf y los suyos. Y aún más inmoral para mí, porque, en efecto, el Manifiesto convocaba a la esperanza y eso es lo hórridamente imprescriptible de la utopía comunista.
Por lo demás el Manifiesto es un delicioso kitsch, con pasajes inolvidables como aquel en que se reprocha a los burgueses que se roben entre sí las mujeres (nada se dice, sin embargo, de las criadas), con penetrantes prospectivas, como aquella que hacía de Alemania la nación principal e iniciática de la revolución (error que, con el paso del tiempo, acabó convirtiéndose en la justificación del fracaso: la revolución había sido pasto de mongólicos mongoles), o con metáforas de un vuelo amplio y veraz: Un fantasma se cierne sobre Europa, proclama su primera y conocidísima frase, y en efecto con eso basta para describir la profundidad de la experiencia: el comunismo fue solo terror y ficción.
El comunismo es la gran tragedia de la humanidad moderna no solo por la muerte y la ruina que diseminó, sino también por el estado de inmunodeficiencia intelectual en que su fracaso sumió a las élites de la izquierda, que tienen que seguir acudiendo hoy para revitalizar su esperanza a este texto señoritingo, meramente literato, cuya única posibilidad de importación a nuestro tiempo, como la pillería intelectual socialdemócrata se cuida de exhibir, es la violencia: «Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones, Ridao. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia el orden social existente.»
Como repitió en memorable artículo la editora y compañera de viaje Beatriz de Moura, haciéndose la autocrítica:
«¡Proletarios de todos los países, perdonadnos!»
(El Mundo, 7 de junio de 2012)

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Tanto dolor y tanta impunidad

Leonardo Calvo Cardenas.


Alberto, Carmen junto a Eleanor Calvo Directora del Observatorio Ciudadano contra la Discriminación  en el hospital Julio día - Foto de Leonardo Calvo
Alberto, Carmen junto a Eleanor Calvo Directora del Observatorio Ciudadano contra la Discriminación en el hospital Julio día - Foto de Leonardo Calvo
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Nunca imaginaron Albertico, su madre Carmen y esa humilde familia holguinera como aquel cálido día de carnaval del verano de 2007 se convertiría en escenario de la increíble tragedia que los ha marcado con una saga de dolor y sufrimiento para la que no encuentran consuelo ni justicia.
Alberto Lairot Castro, joven agente de seguridad del Ministerio de la Construcción en la ciudad de Holguín, el día 27 de agosto de 2007, después de cumplir su jornada laboral salió con un grupo de amigos a disfrutar las fiestas de carnaval de su ciudad. Cuando Albertico se disponía a comprar cerveza en uno de los establecimientos enclavados en el área algunos oficiales de la policía lo requirieron solicitándole su identificación.
Los agentes del orden público, sin escuchar las explicaciones de Lairot, sin molestarse en llegar al lugar donde se encontraban los acompañantes del joven y sus documentos, lo condujeron a la unidad de policía y allí sin más razón lo depositaron.
Ante el  enérgico reclamo de Lairot cuando intentaron encerrarlo en el calabozo, el sub teniente Frank Ochoa Águila y el capitán Héctor Luís Pérez Osorio le aplicaron la llave de artes marciales conocida como Doble Nelson, provocándole serias lesiones que lo dejaron parapléjico.
Acto seguido fue lanzado al calabozo retorcido de dolor. El mismo Lairot testimonia: “Luego de inmovilizarme con la maniobra, me lanzaron en un calabozo. Uno de ellos, me tiró mi gorra y me dijo ‘negro de mierda’”. Cuando finalmente fue trasladado al hospital el mal estaba hecho y una vida joven miserablemente tronchada.
Así emprendió Carmen,  su vía crucis por varios hospitales con su hijo inmovilizado. Durante estos años Albertico ha sido sometido a una operación en el hospital Lenin de Holguín y a un injerto de piel para combatir las escaras, a lo que se unen sucesivas estancias en los hospitales Julito Díaz, Nacional y Naval de la capital del país, así como Militar y Clínico Quirúrgico de Holguín y el hospital militar de Santiago de Cuba.
A pesar de que los facultativos diagnosticaron que existía una lesión medular grave por la aplicación de la llave, con secuela funcional, una paraplejia flácida y disparesia braquial, seguido por un trauma medular cérvico dorsal, fractura de vértebras fijadas a una lámina metálica después de la operación, atrofia muscular y trastornos secundarios, en los procesos judiciales seguidos a los agresores el dictamen fue desestimado por los jueces con lo cual decretaron la absolución de los encartados, quienes nunca fueron detenidos, ni rebajados del servicio, han sido posteriormente ascendidos y no se esconden para ufanarse de su deplorable acto.
En los mencionados actos de juicio oral la victima no fue interrogada por el tribunal que celebró el proceso en ausencia de la madre de Albertico, puesto que cuidaba a su hijo ingresado en un hospital de La Habana.
El resultado del crimen y la impunidad - Foto de Leonardo Calvo
El resultado del crimen y la impunidad - Foto de Leonardo Calvo
Esta familia ha reclamado justicia a todas las instancias responsables del Ministerio del Interior y el gobierno cubano sin recibir respuesta satisfactoria. Hace pocas semanas Carmen sostuvo el sillón de ruedas de Albertico en plena Plaza de la revolución ante la funcionaria del Consejo de Estado quien, con tranquilidad pasmosa y haciendo alarde de proverbial insensibilidad, les dijo que ellos no podían hacer nada para resolver el caso y acto seguido dio la espalda a las lagrimas de madre e hijo una vez más ahogados en la impotencia, el desamparo y la desesperación.
Alberto Lairot, a sus treinta y tres años, enfrenta su desgracia sin perder la nobleza y apoyado en su fe que lo estimula a continuar sin descanso buscando justicia para el y castigo para sus verdugos.
Son muchos los casos de abusos y excesos cometidos por las autoridades policiales y carcelarias de esta Isla, quienes cotidianamente violan la integridad física y la dignidad de ciudadanos indefensos, actos que se alimentan de una impunidad sustentada en la indolencia de las máximas instancias judiciales y gubernamentales, así como en el temor y pobre cultura jurídica de los ciudadanos victimizados.
Como tantos cubanos Albertico y su familia han sido golpeados duramente por esa impunidad criminal y por esa indolencia gubernamental, sin embargo ellos han decidido levantar la frente y la voz ante a la injusticia, conscientes de que su lucha de hoy puede librar mañana a otras familias cubanas de las terribles consecuencias de tanto dolor y tanta impunidad.

Ensañamiento y represión

Dania Virgen García.



Desde hace varios meses, las autoridades cubanas han aumentado la represión, los maltratos físicos y las torturas sicológicas contra las personas que piden ayuda a los periodistas independientes, y especialmente contra los reclusos que informan acerca de los maltratos a que son sometidos en las prisiones.

Funcionarios del gobierno, oficiales de la Seguridad del Estado pertenecientes al departamento 21, subordinados a  Villa Marista, han intensificado la represión en contra de aquellas personas que tratan de buscar auxilio recurriendo a los periodistas independientes para  que informen acerca  de sus condiciones de vidas.

La Direcciones de Vivienda, las direcciones municipales y provinciales del PCC y el Poder Popular, fiscalía, tribunales, la Dirección de Salud, la PNR y los funcionarios de prisiones son manejados por la Seguridad del Estado, para obligar a la población al  conformismo. Pero cuando no logran intimidar a personas que necesitan ayuda desesperadamente y no encuentran quien se la brinde,  se exceden en el ensañamiento. 

Uno de los temas que esta reportera denuncia, es la  corrupción y la irracionalidad de los funcionarios y dirigentes, que son apoyados por otros ineptos que actúan con violencia por su incapacidad de pensar.

Dicen defender la revolución, pero es mentira, solo defienden sus comodidades, sus privilegios, sus carros, sus mansiones. Para poder seguir en su  corrupción, aceptan  participar en las brigadas de respuesta rápida, en los mítines de repudios en contra de la disidencia y las marchas gubernamentales. De esta manera pueden hacer y deshacer sin ningún tipo de escrúpulos, violando los procedimientos legales y los derechos de los ciudadanos, para hacer suculentos  negocios.

Citaré algunos casos de esta represión.

Grisel Rivera Boza, vive en un albergue, en la calle 73 número 1, en Cruz Piedra,  La Lisa. Vivía desde el año 1996, en una vivienda que le dejó su esposo, con quien llevaba 6 años de casada.  Dicha vivienda, en la Habana Vieja, estaba comprendida entre  los inmuebles de Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad. En el año 2007 fue declarada ilegal.
Por entonces ya tenía un hijo de dos años de edad, pero  la sacaron a la fuerza  con el niño y todas sus pertenencias.

Milagros Cisneros Agüero, y su núcleo familiar de ocho personas,  reclaman un lugar donde puedan vivir tranquilos, ya que no quieren seguir deambulando más por las calles de San Miguel del Padrón. El 31 de mayo fueron desalojados violentamente por la Dirección de Vivienda, el Poder Popular, el PCC; y la PNR, del municipio, y  trasladados para un albergue en Cambute.

En Palma Soriano, a los opositores Yuleysis Garcés Pérez, y Rolando Brim amenazan con quitarle la patria potestad de su hijo Yacel David Reyes Garcés, de 13 años de edad, quien  ha sido hostigado en la escuela por la directora, y la  maestra guía.

De las mujeres que el pasado año izaron una sábana blanca escrita con frases antigubernamentales, en el monte de las banderas, se encuentran en prisión Sonia Garro  y Niurka Luque.

El derecho a un juicio justo, con garantías judiciales y  presunción de inocencia,  en Cuba no existe.

En Cuba hay aproximadamente  200 cárceles, y  aproximadamente 70 mil reclusos de ambos sexos, que extinguen sanciones en condiciones  infrahumanas. Muchos de ellos son sometidos a  torturas físicas y sicológicas. Muchos se auto agreden y hasta llegan al suicidio por desesperación. En las cárceles son constantes los acosos, maltratos y torturas contra los homosexuales. Las condiciones de reclusión son pésimas también para   los presos enfermos del VIH-SIDA. En los campamentos de  trabajo forzoso,  los reos que trabajan no son bien pagados.

Los reclusos que se atreven a denunciar a la prensa independiente la  situación en las cárceles sufren la represalia de las autoridades. 

El recluso Julio Ortiz Argudin fue trasladado para la prisión de Ariza, Cienfuegos, por denunciar la corrupción en el Combinado del Este.

Lázaro Pie Pérez ya cumplió su sanción, pero las autoridades no le han dado la libertad, por informar acerca de la corrupción en el Combinado del Este y los campamentos de trabajo forzado a donde ha sido traslado por la Seguridad del Estado.

Al hijo de la periodista independiente exiliada Adela Soto, Raúl Rodríguez Soto, con varias enfermedades crónicas,  la han negado la licencia extrapenal.

Yasser Rivero Boni, quien es hijo de una dama de blanco,  ha sufrido golpizas  por informar las condiciones infrahumanas en el Combinado del Este.

El recluso Carlos Alberto Pérez Ávila, ciudadano norteamericano,  se encuentra en prisión desde el año 2007, por un supuesto delito de asesinato, por el que fue  condenado a treinta años de privación libertad.  Su sentencia fue anulada por el vice fiscal general  de la república, pero aún sigue en prisión.

John Alexander Serrano Rincón, ciudadano colombiano, de 31 años de edad. Casado, con dos hijos. Cuando vino a pasar sus vacaciones en Cuba, fue detenido el 2 de enero y conducido al Departamento Técnico de Investigaciones (100 y Aldabó), donde le fueron violados los derechos como detenido, y se le obligó a firmar bajo coacción psicológica una confesión de hechos que no son ciertos. Lo amenazaron con  destruir su familia y le advirtieron que iba a “podrirse en la cárcel” con más de treinta años de prisión si no aceptaba confesar que era el jefe de una banda internacional de traficantes de drogas, cuando él en  no es más que un ciudadano  común, de clase media, sin problemas judiciales de ningún tipo ni antecedentes penales.

El recluso indio Dalvinder Singh Jagpal se encuentra recluido, en la prisión de régimen especial de Agüica, en Matanzas. Lo enviaron por dos años a  la celda de castigo que llaman “la polaca”, bajo torturas físicas y sicológicas. Lleva dos años reclamando su inocencia, del supuesto delito de corrupción de menores que le achacaron sin tener pruebas, por “convicción”.

Juana Verena González Monzón, de 79 años, y Osoria Gómez Soto, de 74 años,  dos ancianas sancionadas a privación de libertad por delitos diferentes, también han sido represaliadas.

En la prisión de régimen especial  Kilo 7, en la provincia de Camagüey, el recluso Jorge Alberto Liriano Linares, fue trasladado por medidas de seguridad para una celda solitaria. Por informar a la prensa independiente las autoridades de la prisión han amenazado con procesarlo  por delito de espionaje, y suspenderle el régimen de menor severidad.

El reo Eduardo Prats Gómez, quien extinguía sanción en la prisión de mayor rigor del Combinado del Este, fue trasladado para la prisión  Kilo 5 y medio, en la provincia de, Pinar del Rio, por represalia de las autoridades por pedir  a la prensa independiente  que lo auxiliara con la situación de su mamá, Osoria Gómez Soto, que fue condenada por intentar pasar a la prisión los medicamentos que su hijo necesitaba.

Los presos políticos David Piloto Barceló y Luis Enrique Labrador Díaz están en prisión por lanzar boletas antigubernamentales. Piloto es enfermo crónico de tuberculosis, y Labrador Díaz padece una severa enfermedad de los riñones.

No dejemos de mencionar los 50 presos políticos que se encuentran en las cárceles  cubanas, constantemente sometidos a represalias.  Menciono solo a algunos presos que han sido castigados por denunciar las infrahumanas condiciones de vida a que son sometidos.

Puedo citar muchos casos más de venganza, salvajismo y procedimientos violentos.   

dania@cubadentro.com

Brahms : Violin Concerto in D major op.77

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