Lecturas 13.02.2013

La pacificación de las costumbres, por Jorge San Miguel.

Por supuesto, la brutalidad de los castigos no era privativa de Inglaterra ni del siglo. Cuando Michel Foucault quiso trazar la distinción entre penas antiguas y modernas en Vigilar y castigar, no se le ocurrió mejor retrato de las primeras que la ejecución del regicida frustrado Damiens, despachado chapuceramente en 1757 con la versión francesa del show, que requería cuatro caballos de tiro. El caso, ocurrido en pleno apogeo de las Luces, constituyó ya desde la misma época una cause célèbre citada por Paine y Casanova, signo de la evolución de la opinión ilustrada desde los días de Samuel Pepys y su famosa estampa del suplicio del general Harrison -que el lector encontrará en el post enlazado arriba. No perdamos de vista que la guillotina se desarrolló en las postrimerías del reinado de Luis XVI, aunque no debutaría hasta una vez depuesto el rey, por la creciente demanda de un método de ejecución menos brutal que la rueda. Tampoco era preciso atentar contra un monarca ni enarbolar la bandera de la rebelión, ni siquiera matar, para dar el último paseo hacia el Oeste: a lo largo de los siglos, legiones de infortunados fueron ejecutados por robo, allanamiento, bandolerismo o falsificación, sin contar delitos de opinión y herejías. Como refiere Niall Ferguson en Empire, a partir de 1717 ciertos delitos menores se castigaban en Inglaterra con siete años de deportación a las colonias; conveniente alternativa a los azotes o la marca con el hierro, que permitía al Estado poblar los territorios vírgenes y a los terratenientes nutrirse de una fuerza de trabajo semi-servil en forma de indentured servants. En el caso de las penas de muerte conmutadas, el período era de catorce años.

El proceso de castrización cerebral, por Juan Abreu.

Ah, y cuando hablo con cubanos en los veinte, en los treinta, en los cuarenta años, todos acusan en mayor o menor grado el lavado de cerebro castrista. Ninguno tiene idea de lo que significa la palabra libertad. En todos, resentimiento, más o menos encubierto, más o menos desinformado, más o menos cínico, contra Miami. ¡Contra Miami! No contra la dictadura, contra los que lograron escapar. No contra quien los mata de hambre, contra quien les mata el hambre con más de mil millones de dólares en remesas anuales.

El efecto fertilizante del CO2, por Antón Uriarte.

A pesar del lavado cerebral a que estamos sometidos desde hace tiempo, el CO2 atmosférico es, junto con el agua del suelo, el elemento esencial de la fotosíntesis y su aumento ha favorecido y favorece el incremento de la materia orgánica del planeta. Un trabajo publicado en Nature lo demuestra empíricamente para la región del Amazonas y concluye que el efecto fertilizante del CO2 puede ser superior al supuesto daño ejercido por el cambio climático.

Construcción de una torre con estructura mixta, por Víctor Yepes.

La Torre BBVA Bancomer se ubica en un área de 6.600 m2 en la esquina que forman Paseo de la Reforma y la calle de Lieja, en la Colonia Juárez de la Ciudad de México. Su altura será de 235 metros hasta el helipuerto y 250 m hasta la punta de las antenas, sin embargo, la altura oficial será de 235 m debido a que las antenas son decorativas. Contará con 60 pisos de 4,30 metros de altura cada uno en los pisos de oficinas y 3,7 m en los niveles de estacionamiento. La Torre alojará a 4.500 empleados, aproximadamente. El diseño del proyecto es de Legorreta + Legorreta y Rogers Stirk Harbour + Partners, la cimentación la realiza Cimesa y la gerencia de construcción corre a cargo de Turner y Marhnos. La construcción comenzó a principios del año 2007, esta torre será la sede central en México del BBVA Bancomer, donde se ubicarán las oficinas principales.



Cómo será la nueva política exterior de Obama en diez claves, por Jordi Pérez Colomé.

3. La energía. Estados Unidos importa cada vez menos petróleo de regímenes ariscos en Oriente Medio. No solo se ha descubierto petróleo barato en Estados Unidos, sino también en el Golfo de México, Brasil o África Occidental.

El petróleo será igual de caro como si lo compraran en Oriente Medio, y los países de la región van a necesitar que Estados Unidos siga defendiendo sus líneas marítimas. Pero el sueño americano de dejar de depender de una región tan conflictiva, va a ser realidad. ¿Qué significa eso para el balance de poder? Nadie lo sabe aún. Pero puede relajar la sensación de obligación de Estados Unidos y despertar más a Estados Unidos.

Alan Coulson

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