Enlaces 03.10.2014

¿Es viable la anarquía? Entrevista a Juan Ramón Rallo



Lecturas: Una pequeña historia del PIB. Jesús Fernández-Villaverde
Y esto nos lleva a la cuarta y final lección. Con todas sus limitaciones, con todos sus fallos y con todos sus errores de medida, el PIB sigue siendo uno de los instrumentos básicos de medir la actividad económica. Como casi siempre, las cosas en el mundo de la economía académica (y aquí incluyo la investigación en contabilidad nacional) son de la manera que son no porque los economistas no seamos conscientes de los problemas que nuestras decisiones de medición y modelización entrañan sino porque entendemos que nada es gratis y que cada paso en la abstracción tiene sus costes.
From Chronic Shortage to Looming Surplus: The Economics of the Blood Market. Ed Dolan. (Supply-and-demand graphics)
Those who follow developments in medical economics are used to good news/bad news stories, as in, “The good news is that growth of healthcare expenditures is slowing; the bad news is that expenditures are down because we are still struggling to recover from the recession.” In contrast, the blood market story seems to be good news/good news. Medical advances are both lowering the cost of transfusions and making them safer. Is this too good to be true? I’m sure that you, my readers, will tell me what I am missing. 
La importancia (liberal) de crear valor para los demás. Ignacio Moncada
¿Cuál es el consejo que da Andreessen, entonces? Precisamente algo tan sencillo como esto: dedícate a lo que genere valor para los demás en lugar de para ti mismo. Haz aquello que aporte a la sociedad. Tal vez, apunta Andreessen, este consejo no encaje muy bien en la "actual cultura de narcisismo endémico", ya que requiere prestar más atención a los demás que a uno mismo. Pero, según afirma, las personas que más contribuyen a la sociedad no sólo suelen tener mayores remuneraciones, sino que a menudo también, a la larga, están más satisfechas con lo que hacen.
Confusiones con costes e ingresos. Simón González de la Riva
Vuelvo al primer error con que abría este post, pensar que el precio es el resultado de sumar los beneficios a los costes (cuando es justo al revés, el beneficio es el resultado de restar a los ingresos –inciertos– los costes –seguros–, si es que queda algo). El precio se cierra cuando se cierra la operación, y no antes. Y que la operación se cierre significa que ambas partes esperan que su situación mejore con el acuerdo (pensar lo contrario supone pensar que hay algún idiota que actúa en contra de sus propios intereses). Lo formularé de otra manera: operación cerrada es ganancia esperada.