La fille coupée en deux

Una chica cortada en dos de Claude Chabrol es una interesante película.

Un escritor golfo, una joven prendada de él, un joven desquiciado y otros personajes crean un clima de comedia y enamoramiento que va desarrollándose a lo largo de la película, pero de una forma plana.

Siempre que veo películas francesas siento frialdad en las relaciones entre los personajes, incluso en la relación madre-hija de esta película me invade esa sensación.

Para verla una vez.

Esta vez la visión fue en el cine Doré.


Anatomy of a Murder

Anatomía de un asesinato de Otto Preminger es una buena película.

Un clásico del cine, y en concreto del cine de juicios.

Excepcional James Stewart, aunque me parece que está excesivamente maquillado.

Algo exagerada la actuación de Lee Remick.

A pesar de que los trucos en el juicio están muy vistos y son un poco inocentes he visto la película varias veces y sigue entreteniéndome.


Kill Bill 1

Sobresaliente película de Quentin Tarantino.

Se podría haber hecho una película más larga con los dos volúmenes y haberse ahorrado material de la segunda parte.

El comienzo es espectacular con la lucha en casa de Vernita Green.

La música es perfecta, recordando sonidos de películas de Kung-fu y spaghetti westers.

La presentación del personaje de O-Ren Ishii es perfecta.

La parte con Hattori Hanzo es también perfecta, con humor, honor, con la venganza latente.

En el hospital la escena de venganza contra los violadores es brutal y sangrienta, otra maravilla.

Una película que narra una venganza con grandes escenas de acción y violencia.

Para verla muchas veces.





Lecturas, 26 de agosto de 2010‏


Un gigantesco atasco de 100 kilómetros colapsa las entradas a Pekín por Fernando Díaz Villanueva en Libertad Digital

Stallone se lamenta: "La gente cree que los actores de acción somos idiotas" por EFE en Libertad Digital

Después del estímulo viene la recaída por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

Se confirma: EEUU encalla en el segundo trimestre por Manuel Llamas en Libertad Digital

Engordar puede no ser tu culpa por Adolfo D. Lozano en Libertad Digital

5 normas para seguir una Dieta Antiinflamatoria (y la REGLA DE LOS 3 DEDOS) por Adolfo David en Juventud y belleza

Los políticos nos condenan a la pobreza por Emilio J. González en Libertad Digital

Miedo a China por Ignacio Moncada en Libertad Digital

Ya es posible vender un millón de eBooks por Carmelo Jordá en Libertad Digital

Matanza en San Fernando por Alberto Aguirre en El Economista, Méjico

El valor de la confianza por Joaquín Trigo Portela en El Economista

Las cuentas del mantero por J. R. Pin Arboledas en El Economista

El ejemplo alemán, de Francesc de Carreras en La Vanguardia

Evolution, Economics, and Education by Arnold Kling in Library of economics and liberty

Regime Uncertainty: Are Interest-Rate Movements Consistent with the Hypothesis? by Robert Higgs

Populate Or Live in Boredom by Johan Norberg in CATO

¿Qué es un recuerdo? por Arcadi Espada en El Mundo

Inconvenient Positions by Bryan Caplan in Library of economics and liberty

Debates imposibles por José María Ruiz Soroa en El País

París, verano del 42 por J. Ernesto Ayala-Dip

El Mundial de Sudáfrica, en cifras por María Blanco

El principio Origen (Inception, 2010, Christopher Nolan) en El rincón de Alvy Singer

¿Cómo no voy a amarlo? por Fernando G. Toledo en Razón Atea



The Free Exercise of Stupidity. Dr. Laura, the Ground Zero Mosque, and the 1st Amendment by Michael Shermer in Skepticblog

Mensaje de Julia Núñez en su primer día en Madrid en La Revolución de los Gladiolos

TANIA MONTOYA VÁZQUEZ en La Revolución de los Gladiolos

MIRIAM ESPINOSA DEL VALLE en La Revolución de los Gladiolos

Lecturas, 25 de agosto de 2010‏

Nuestro gobierno por Arcadi Espada

La negociación con Eta avanza por Arcadi Espada en El Mundo

Re: El inconsciente es un animal inferior por Alberto González en Diarios de Arcadi Espada

Re: Nuestro Gobierno por José-María Navarro Viñuales en Diarios de Arcadi Espada

Re: El inconsciente es un animal inferior por Rubén González en Diarios de Arcadi Espada

"El Gobierno no paga rescates" por Natalia Junquera en El País

Tipos de interés, bancos centrales e índices de precios por Ángel Martín en Libertad Digital

La depresión de los bajos tipos de interés por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

El crédito desapareció y los gobiernos ocuparon su espacio por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

El sistema financiero no es libre por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

Los políticos tratan de conservar su cortijo por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

Sí había alternativa por Juan Ramón Rallo en Libertad Digital













Zapatero sabe donde está la buena suerte por Luis Solana en El Plural (HUMOR)













Produciendo "lo que sea" por Juan Ramón Rallo en liberalismo.org

Cuanto más carbono, más verde por Antón Uriarte en CO2

En la sauna o en la nevera por Antón Uriarte en CO2


Hemisferio Sur, mucho hielo por Antón Uriarte en CO2

14 ºC por década por Antón Uriarte en CO2

Carbón disparado por Antón Uriarte en CO2

La CECA por Antón Uriarte en CO2

Carbón de España por Antón Uriarte en CO2

Acero por Antón Uriarte en CO2

Crude Steel statistics 2010

Las torres eólicas de acero se afianzan en el sector de las energías limpias

Tucson por Antón Uriarte en CO2

Climas por Antón Uriarte en CO2

La Niña, otra vez por Antón Uriarte en CO2

Lluvia en el Sahel por Antón Uriarte en CO2

Malaria en USA por Antón Uriarte en CO2

Sin palabras por Antón Uriarte en CO2

El timo perfecto por Antón Uriarte en CO2

Emisiones masivas por Antón Uriarte en CO2

Acelerando por Antón Uriarte en CO2

Gas a tutiplén por Antón Uriarte en CO2

Según se mire por Antón Uriarte en CO2

Verde demagogiapor Antón Uriarte en CO2

C + O2 por Antón Uriarte en CO2

Rico uranio enriquecido por Antón Uriarte en CO2

Mapa del tiempo en Europapor Antón Uriarte en CO2

Es envidia del que avanza por Antón Uriarte en CO2

Aceite de olivapor Antón Uriarte en CO2

2 o 3 son pocospor Antón Uriarte en CO2

Carbón por petróleo por Antón Uriarte en CO2

Carbón en las antípodaspor Antón Uriarte en CO2

Cuando los osos llegaron al polo por Antón Uriarte en CO2
 
La energía nuclear en la construcción del mito por Antón Uriarte en CO2
 
Siempre Bangladeshpor Antón Uriarte en CO2
 
Atunes rojos, reales por Antón Uriarte en CO2
 
Invierno récord por Antón Uriarte en CO2
 
Agua para todos por Antón Uriarte en CO2 vs España se reseca por Rafael Méndez en El País
 
CO2 en la escuela por Antón Uriarte en CO2 

Arcos de Moncloa, Calle Princesa 94, Madrid








Interior de la Estación de Atocha RENFE, Madrid












Fin de semana en Monforte y visita al Parador de Santo Estevo


Nueva conductora



Mismo túnel



Misma cocinera mágica



Nuevo pulpo



Dos Monumentos



Libertad y Ética por Francisco Capella

Destaco:

Una persona es libre si los demás respetan su propiedad, si no le agreden, si le permiten decidir en su ámbito legítimo de control según su voluntad, si le dejan ejercer su derecho negativo a no ser coaccionado. La libertad es el respeto al derecho de propiedad privada, la ausencia de violencia. Libertad es autodeterminación y autogobierno de cada persona en el ámbito de su propiedad. La libertad es la condición de un ser humano relativa a las demás personas de ausencia de violencia en sus relaciones (la violencia es el inicio del uso de la fuerza contra la propiedad ajena). La libertad es un concepto social y ético, aplicable a personas individuales viviendo en sociedad respecto a sus posibles relaciones (no tiene sentido hablar de personas libres completamente solitarias). Un individuo es libre cuando sus relaciones humanas son voluntarias, no forzadas. Una sociedad es plenamente libre cuando son libres todos los individuos que la forman. La paz es el estado ideal de libertad, la ausencia total de cualquier agresión.

El liberalismo no es equivalente a la liberalidad, la generosidad, el desprendimiento, la virtud moral de quien distribuye sus bienes sin esperar recompensa. La solidaridad es compatible con la libertad siempre que no sea obligatoria o forzada. La liberalidad suena muy bien, se anima a los demás a dar y así tal vez el individuo reciba algo; el liberalismo tiene un efecto emocional más humilde, se limita a condenar la violencia y denuncia la solidaridad coactiva.

Algunas personas al actuar pueden sentirse restringidos en sus opciones por la posibilidad de rechazo o valoración negativa de los demás (circunstancia siempre posible), pero esto no es coacción en absoluto, ni aunque se trate de unas pocas personas muy influyentes o con mucho poder. Adaptarse a las preferencias ajenas y plegarse a la conformidad es opcional, siempre es posible asumir el disgusto ajeno, y nadie tiene derecho a reclamar valoraciones diferentes a los otros. Adaptar los planes a las posibles reacciones de los otros no es equivalente a ser forzado por ellos. El rechazo social es de hecho un mecanismo legítimo para conseguir conductas sociales evitando utilizar la fuerza física.

...El oferente de un servicio particularmente escaso y vital no coacciona al negarse a venderlo o al pedir un precio alto...No querer relacionarse con alguien no es coaccionar al rechazado.
La necesidad no genera derechos frente a quienes podrían resolver el problema.
Que la coacción sea igual para todos tal vez incluso sea peor que si algunos pueden librarse de ella.

Las leyes humanas pueden ser inadecuadas y son violables, lo cual no sucede con las leyes naturales.
No existe el libre albedrío si este se entiende como la capacidad de decidir incausada, surgida de la nada, espiritual, sin soporte causal material. Los seres humanos eligen entre diversas alternativas de acción percibidas como posibles.
 
Los seres humanos son agentes autónomos intencionales, máquinas de supervivencia capaces de realizar elecciones sobre conductas alternativas. La voluntad humana no es algo sobrenatural o mágico, es el resultado de la sofisticación evolutiva de capacidades animales naturales previas y más básicas.
 
Los agentes intencionales son planificadores, anticipadores, simulan mentalmente posibles cursos de acción futuros alternativos y sus resultados previsibles, y eligen la opción más valiosa; no son simples máquinas reactivas que asocian de forma irreflexiva mediante reglas fijas una reacción a una situación ambiental.
 
El organismo que no intenta controlarse a sí mismo o a los medios del mundo exterior fácilmente se verá dominado por otros que sí lo hagan y que serán evolutivamente más exitosos.
 
La voluntad humana es una capacidad compleja resultado de la combinación natural que existe en el mundo real de determinismo y aleatoriedad. Las leyes naturales causan los estados y procesos mentales que originan las decisiones humanas.
 
La voluntad no es una primera causa incausada, no es una originalidad espontánea, no es la capacidad de desear lo que dicte la razón. La voluntad no es independiente del ambiente externo o el estado interno del individuo, necesariamente debe estar conectada con la realidad para recibir información de ella y adecuar el comportamiento al entorno.
 
Las relaciones de causa y efecto de la historia del universo no se detienen cuando una persona toma una decisión. El proceso de decisión se basa en relaciones naturales de causa y efecto entre los diversos componentes del cerebro y su interacción con el entorno. Todo sistema físico o es determinista o es aleatorio o una combinación de ambos. Las decisiones humanas ni son completamente aleatorias ni son causa de sí mismas.
 
El ser humano actúa en función de lo que quiere, pero no decide conscientemente los contenidos de su voluntad, sino que estos le son dados desde el inconsciente. La persona no actúa para querer ciertas cosas, sino porque quiere ciertas cosas, porque su sistema de acción intencional se activa por objetivos percibidos como valiosos.
 
La libertad, la capacidad de elección y el determinismo estructural son compatibles. Los seres humanos son sistemas vivos mecanicistas determinados por su estructura. Un ser humano posee un sistema cognitivo enormemente complejo. La mente humana tiene múltiples subsistemas, conscientes e inconscientes, en permanente interacción cooperativa y competitiva. El ser humano puede tomar decisiones, y el proceso de elección es el resultado causal de la interacción compleja de su sistema cognitivo con la situación. Todo proceso cognitivo es resultado de la actividad interna del sistema y de la interacción entre el sistema cognitivo y el entorno. Los seres humanos y sus circunstancias son tan complejos que son únicos e irrepetibles, es prácticamente imposible que dos personas o situaciones sean exactamente idénticas. La libertad significa que el individuo elige por sí mismo, según su voluntad y sus capacidades, sin interferencia violenta de otras personas.
 
La libertad se refiere a no estar restringido u obligado de forma coactiva, y esto no es lo contrario del determinismo y la causalidad.
 
La ausencia de determinismo es la aleatoriedad. Un sistema puede ser completamente determinista, completamente aleatorio o parcialmente determinista y parcialmente aleatorio, y no existen otras alternativas. Lo opuesto al determinismo no es la voluntad o la libertad. El determinismo naturalista a menudo se interpreta erróneamente como que un solo factor influye de forma total y absoluta sobre un resultado.
 
El determinismo no es lo mismo que el fatalismo. Según el fatalismo el futuro es independiente de las acciones humanas. La capacidad de acción humana es limitada, y hay cosas que están fuera del alcance del control humano, pero el fatalismo estricto es falso: las acciones cambian el mundo (por eso se efectúan, los agentes intencionales son evolutivamente exitosos). El determinismo implica una ligazón causal continua entre el mundo y los agentes: lo que una persona sabe y quiere depende de su historia pasada (lo que ha hecho y le ha sucedido) y determina su conducta futura en interacción con los sucesos del entorno.
 
El determinismo no es lo mismo que la inevitabilidad: la mente humana utiliza las regularidades deterministas para evitar peligros y amenazas mediante acciones adaptativas. Es inevitable aquello sobre lo que no se puede hacer nada, que no puede cambiarse, pero no todo es inevitable.
 
El determinismo no sólo no es un problema, sino que es imprescindible para la elección y la acción: el conocimiento de las regularidades naturales de la realidad es imprescindible para la acción intencional acertada que planifica operaciones sobre medios que permiten alcanzar con ciertas garantías los fines deseados.
 
El concepto (ético, moral y legal) de responsabilidad personal se refiere a un entorno social en el cual las normas de conducta se aplican a individuos respecto a sus acciones (según consecuencias, según intencionalidad, según conocimiento, o según una combinación de todos ellos): el agente causante puede esperar represalias legítimas (castigos, exigencia de compensaciones) si sus acciones dañan a otros. Las normas son parte de la cultura del grupo comprensibles por un cerebro procesador de información, que las tiene en cuenta al intentar prever los posibles resultados de los comportamientos alternativos disponibles para el agente.
 
La responsabilidad es un concepto ético; la sensación de responsabilidad es psicológica. La libertad es un concepto ético y social (ausencia de coacción); la sensación de libertad es psicológica.
 
Si no se permite que la persona tome decisiones libres y disfrute o sufra las consecuencias, no aprenderá la relación entre acciones acertadas y resultados deseados (y acciones erróneas y resultados no deseados), no desarrollará hábitos adaptativos exitosos (virtudes).
 
Hacer a las personas legalmente responsables sirve para enseñarles cómo integrarse cooperativamente en la sociedad y para disuadirles de comportamientos socialmente indeseables (reconocer la alta probabilidad del castigo disminuye la probabilidad de cometer el delito).
 
Los colectivistas culpan de forma confusa y difusa a toda la sociedad en lugar de señalar claramente a delincuentes y criminales.
 
Es éticamente legítimo intentar influir sobre el desarrollo de la personalidad y la conducta de los demás, pero el estado lo hace de forma coactiva; la familia y la sociedad civil pueden instruir adecuadamente a las personas. El aprendizaje del autocontrol se ve facilitado en entornos sociales donde la responsabilidad se individualiza.
 
Las personas sistemáticamente incapaces de controlar sus impulsos violentos (violadores, pedófilos, pirómanos, cleptómanos, asesinos en serie) no merecen más protección que los ciudadanos normales, sino que son amenazas potenciales contra los demás: su libertad puede ser restringida en la medida en que son amenazas claras e inminentes. No tiene sentido castigar a quien no responde a incentivos, y no tiene sentido aplicar normas como sujetos éticos a quien no puede entenderlas y aplicarlas.
 
Si el criminal alega no ser responsable de su esencia, el justiciero puede alegar exactamente lo mismo.
 
Una persona recibe múltiples influencias a lo largo de su vida. Muchas son difícilmente separables, algunas pueden ser especialmente relevantes y marcar a una persona. Un niño no tiene posibilidad de defenderse de un adulto que abuse psicológicamente de él o lo maltrate, o si le enseñan a vivir como un delincuente tal vez no conozca otras alternativas. Pero la víctima recibe el daño directamente de un agresor y no tiene por qué investigar más allá para exigir una compensación. Un criminal puede protestar contra aquellos de quienes recibió malas influencias, pero esto no le exime de culpa por los daños que él mismo ha causado ha otros. La sociedad puede presionar moralmente a los adultos para que eduquen de forma adecuada a sus hijos para que al menos no sean un peligro para otros. Algunos individuos toman decisiones perjudiciales para sí mismos de forma sistemática y acumulativa, su conducta es destructiva, disfuncional, y no necesitan influencias ajenas para convertirse en amenazas sociales.
 
La responsabilidad es un concepto tan fundamental que es posible considerar que la ausencia de libertad no exime automáticamente de responsabilidad: una persona amenazada o coaccionada por otra es igualmente responsable de lo que les haga a otros individuos...Un agresor debe compensar a su víctima aunque haya sido a su vez amenazado por otro, y a su vez el amenazado puede defenderse y exigir su propia compensación al amenazante. El amenazador utiliza al amenazado como medio para indirectamente agredir a otra persona, pero el amenazado sigue siendo un agente que elige entre alternativas, puede negarse a cooperar.
 
Las personas son influenciables en grados diversos y tienen distintas habilidades para persuadir a los demás, que todos utilizan de formas más o menos conscientes y sistemáticas. El conocimiento de la psicología humana permite el desarrollo de diversas técnicas de manipulación mental que influyen sobre los procesos de decisión de los individuos y que son legítimas si no se basan en fraudes, estafas o coacción.
 
Pero adquirir información y procesarla es costoso, cierto nivel de ignorancia y confianza en expertos (agentes, delegados, representantes) es adecuado (distribución del trabajo, especialización). En las decisiones los seres humanos utilizan una racionalidad instrumental (indica cómo conseguir fines deseados) limitada e imperfecta. Es imposible asegurar que todas las decisiones serán acertadas, que no habrá arrepentimiento o efectos no deseados. Las personas tienen derecho a equivocarse, que es un factor esencial en el aprendizaje.
 
Si la persona común no sabe sobre algo, también puede tener problemas para saber a qué experto escoger y darle poder. Los presuntos expertos también son seres humanos falibles, pueden equivocarse y tender a proteger más sus intereses que los de los asesorados. Los expertos que actúan de forma ética proponen, no imponen (no asumen por defecto que todos deben hacerles caso y permiten a sus asesorados prescindir de sus servicios), actúan de forma parcial y local (no pueden saber de todo para todo el mundo), y compiten libremente (intentan satisfacer a sus clientes y aceptan que otros expertos puedan hacer lo mismo). Los sabios y benevolentes no coaccionan sino que intentan enseñar y persuadir.
 
Un contrato legítimo es explícito, una parte no puede simplemente asumir que la otra lo acepta porque no dice que no. Obligar a alguien a hacer algo y asumir un coste para evitar un contrato no es legítimo.
 
Pero las buenas intenciones no garantizan buenos resultados y los parásitos y depredadores pueden disfrazarse de altruistas desinteresados.
 
Una persona especialmente honesta puede ofrecer a los demás diversas opciones y además dar información adicional (por qué se las presenta de una determinada forma, posibles riesgos de diversas elecciones), ofrecer garantías de satisfacción y pedir sugerencias acerca de cómo mejorar la presentación de las alternativas. Frente a decisiones importantes (costosas) e infrecuentes (falta experiencia e información sobre reputación) la persona inteligente no se deja presionar o impresionar, piensa con cuidado y estudia la reversibilidad de la elección.
 
La promoción de la libertad es sobre todo educación, persuasión, formación, enseñanza. Contra las malas ideas se lucha legítimamente con buenas ideas, no con violencia. Contra las malas ideas que defienden el uso de la violencia (el inicio de la agresión) se lucha con buenas ideas que legitiman el uso de la fuerza (para la defensa y la justicia).

Sobre las pensiones‏












Compare los dos sistemas de pensiones de La Asosciación para la Reforma de las Pensiones en Libertad Digital

The Pretence of Knowledge by Friedrich August von Hayek‏

Prize Lecture.

Lecture to the memory of Alfred Nobel, December 11, 1974

Extracts:

It has, of course, to be readily admitted that the kind of theory which I regard as the true explanation of unemployment is a theory of somewhat limited content because it allows us to make only very general predictions of the kind of events which we must expect in a given situation. But the effects on policy of the more ambitious constructions have not been very fortunate and I confess that I prefer true but imperfect knowledge, even if it leaves much indetermined and unpredictable, to a pretence of exact knowledge that is likely to be false. The credit which the apparent conformity with recognized scientific standards can gain for seemingly simple but false theories may, as the present instance shows, have grave consequences.

… What I mainly wanted to bring out by the topical illustration is that certainly in my field, but I believe also generally in the sciences of man, what looks superficially like the most scientific procedure is often the most unscientific, and, beyond this, that in these fields there are definite limits to what we can expect science to achieve. This means that to entrust to science - or to deliberate control according to scientific principles - more than scientific method can achieve may have deplorable effects… It is indeed true that, in contrast to the exhilaration which the discoveries of the physical sciences tend to produce, the insights which we gain from the study of society more often have a dampening effect on our aspirations; and it is perhaps not surprising that the more impetuous younger members of our profession are not always prepared to accept this. Yet the confidence in the unlimited power of science is only too often based on a false belief that the scientific method consists in the application of a ready-made technique, or in imitating the form rather than the substance of scientific procedure, as if one needed only to follow some cooking recipes to solve all social problems. It sometimes almost seems as if the techniques of science were more easily learnt than the thinking that shows us what the problems are and how to approach them.

The conflict between what in its present mood the public expects science to achieve in satisfaction of popular hopes and what is really in its power is a serious matter because, even if the true scientists should all recognize the limitations of what they can do in the field of human affairs, so long as the public expects more there will always be some who will pretend, and perhaps honestly believe, that they can do more to meet popular demands than is really in their power. It is often difficult enough for the expert, and certainly in many instances impossible for the layman, to distinguish between legitimate and illegitimate claims advanced in the name of science.

There are some special problems, however, in connection with those essentially complex phenomena of which social structures are so important an instance, which make me wish to restate in conclusion in more general terms the reasons why in these fields not only are there only absolute obstacles to the prediction of specific events, but why to act as if we possessed scientific knowledge enabling us to transcend them may itself become a serious obstacle to the advance of the human intellect.

The chief point we must remember is that the great and rapid advance of the physical sciences took place in fields where it proved that explanation and prediction could be based on laws which accounted for the observed phenomena as functions of comparatively few variables - either particular facts or relative frequencies of events. This may even be the ultimate reason why we single out these realms as "physical" in contrast to those more highly organized structures which I have here called essentially complex phenomena. There is no reason why the position must be the same in the latter as in the former fields. The difficulties which we encounter in the latter are not, as one might at first suspect, difficulties about formulating theories for the explanation of the observed events - although they cause also special difficulties about testing proposed explanations and therefore about eliminating bad theories. They are due to the chief problem which arises when we apply our theories to any particular situation in the real world. A theory of essentially complex phenomena must refer to a large number of particular facts; and to derive a prediction from it, or to test it, we have to ascertain all these particular facts. Once we succeeded in this there should be no particular difficulty about deriving testable predictions - with the help of modern computers it should be easy enough to insert these data into the appropriate blanks of the theoretical formulae and to derive a prediction. The real difficulty, to the solution of which science has little to contribute, and which is sometimes indeed insoluble, consists in the ascertainment of the particular facts.

A simple example will show the nature of this difficulty. Consider some ball game played by a few people of approximately equal skill. If we knew a few particular facts in addition to our general knowledge of the ability of the individual players, such as their state of attention, their perceptions and the state of their hearts, lungs, muscles etc. at each moment of the game, we could probably predict the outcome. Indeed, if we were familiar both with the game and the teams we should probably have a fairly shrewd idea on what the outcome will depend. But we shall of course not be able to ascertain those facts and in consequence the result of the game will be outside the range of the scientifically predictable, however well we may know what effects particular events would have on the result of the game. This does not mean that we can make no predictions at all about the course of such a game. If we know the rules of the different games we shall, in watching one, very soon know which game is being played and what kinds of actions we can expect and what kind not. But our capacity to predict will be confined to such general characteristics of the events to be expected and not include the capacity of predicting particular individual events.

The recognition of the insuperable limits to his knowledge ought indeed to teach the student of society a lesson of humility which should guard him against becoming an accomplice in men's fatal striving to control society - a striving which makes him not only a tyrant over his fellows, but which may well make him the destroyer of a civilization which no brain has designed but which has grown from the free efforts of millions of individuals.

Lecturas y vídeos, 24 de agosto de 2010‏














School Isn’t For Learning by Robin Hanson

Por una teoría política razonable por Berta García Faet‏ en Instituto Juan de Mariana

What’s wrong with research in the social sciences? por‏ Russ Roberts en Cafe Hayek

Qué es lo mejor que se puede hacer con Irán por Jordi Pérez Colomé‏

Obama Demagogues Private Enterprise. The president's misguided attacks on privatization by John Stossel in reason.com

McDonald contra Chicago por José Carlos Rodríguez en Instituto Juan de Mariana

The Big Idea: The Judgment Deficit by Amar Bhidé in Harvard Business Review

La Arquitectura Oculta del Capital en Instituto Libertad y Democracia

Carlos Pumares y Los Mercenarios por Carlos Pumares en Hoy Cinema

¡¡Los TDTs portátiles no ajustan el formato de pantalla!! por Carlos Pumares en Hoy Cinema

Currin, el 'enterao' por Florencio Domínguez‏

En los últimos años el conjunto del nacionalismo vasco ha puesto bastante interés en establecer relaciones con políticos de Sudáfrica. Miembros del Gobierno de Juan José Ibarretxe viajaron a aquel país y lo mismo hicieron dirigentes de Batasuna como Pernando Barrena y Joseba Alvarez, entre otros. Antes y después de la tregua de 2006 mantuvieron numerosos contactos con representantes del Congreso Nacional Africano (ANC), mientras la organización Segi se relacionaba con las Juventudes Comunistas de Sudáfrica. Arnaldo Otegi viajó a Cuba en 1999 para pedirle a Fidel Castro que convenciera a Nelson Mandela para que asistiera en el País Vasco a una reunión de Udalbiltza.

A petición de Batasuna, en 2007, el ANC utilizó los canales de la Internacional Socialista para pedir al PSOE que continuara con las negociaciones que ETA había roto a bombazos. Esa fue su única gestión en torno al pasado proceso de diálogo con la banda terrorista.

Eduardo Uriarte y Javier Elorrieta, miembros de la Fundación para la Libertad que preside Nicolás Redondo, viajaron a Sudáfrica en 2007 y se encontraron con que buena parte de los interlocutores con los que hablaron estaban profundamente desinformados sobre España y sobre el País Vasco y muy influidos por la visión nacionalista. Cuentan que la conversación más tensa de su viaje fue la que tuvieron con Roelf Meyer y Brian Currin, genuinos representantes de uno de los sectores más dinámicos de la economía sudafricana de los últimos años: la industria de la mediación. Meyer -asesor del anterior lehendakari- y Currin -asesor de Batasuna-- tenían una visión del País Vasco basada en el 'plan Ibarretxe' aderezado con toques de la izquierda abertzale. La solución que veían al terrorismo etarra era aceptar la autodeterminación y la independencia.

Con esa situación de fondo, los ministerios de Asuntos Exteriores y de Interior han realizado en los últimos años un trabajo intenso para contrarrestar en Sudáfrica, tanto en sus instituciones como en el ANC, la influencia que había conseguido el mundo de Batasuna. Y han obtenido algunos resultados. El Congreso Nacional Africano ha marcado distancias con Batasuna y ha hecho saber a Meyer y a Currin que no podían actuar en su nombre. El primero lo ha dejado, no así el segundo, que sigue, a título particular o a título de Batasuna.

Sorprende, por tanto, que las últimas declaraciones públicas efectuadas por Currin hayan provocado el revuelo que han provocado y que esas manifestaciones puedan provocar un enfrentamiento entre el Gobierno y el primer partido de la oposición. Sus palabras transmiten la idea de que el entrevistado trata de hacerse el 'enterao', de hacer creer que sabe muchas cosas, pero no las puede decir. Dijo, por ejemplo, que estaba «al tanto» de los movimientos de presos a pesar de haber sido «bastante confidenciales». Tan confidenciales que han aparecido en las portadas de la prensa. Y los valoró positivamente el mismo día en que Etxerat, la asociación de familiares de reclusos que siguen la disciplina etarra, criticaba al Gobierno por realizar precisamente esos traslados y le acusaba de intentar dividir al colectivo de presos. Currin no se ha debido enterar bien de lo que suponen esos traslados. Los de Etxerat, en cambio, sí y por eso protestan.

El asesino que revisaba los extintores por Julien Cruz‏

El etarra Gurutz Agirresarobe se paseaba por el Parque Tecnológico de Miramón con la misma tranquilidad que hace siete años, tras asesinar a Joseba Pagazaurtundua. Allí se encontraba rodeado de una gran lista de objetivos de ETA, todos ellos pertenecientes al colectivo de la patronal guipuzcoana. Entre idas y venidas de empresarios amenazados, escoltas y coches oficiales, pasaba gran parte de las mañanas de forma discreta.

«Una vida normal», como dijo el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, cuando Agirresarobe fue detenido. El Gobierno de Vitoria considera que ese etarra era un «terrorista durmiente» y que «seguramente estaba a la espera de recibir órdenes de la organización terrorista para actuar».

El Parque Tecnológico de Miramón es el centro neurálgico de la actividad industrial y económica de Guipúzcoa. Está situado en San Sebastián y cuenta con más de 70 empresas agrupadas en sus instalaciones que dan trabajo a más de 3.000 personas. Su edificio central ubica a varias de ellas, además de albergar el aparato de coordinación del complejo.

Precisamente a este edificio acudía el etarra de forma periódica a realizar el mantenimiento de los extintores, lo que le permitía tener acceso a un sinfín de información sobre los miembros de la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegi), cuya sede se encuentra a escasos metros: matrículas y modelos de sus vehículos, horarios de trabajo, número y características de sus respectivos guardaespaldas...

Según revelan fuentes del propio complejo tecnológico, Agirresarobe acudía con regularidad a pasar la revisión de los extintores de ese edificio y de otros adyacentes. Solía personarse en las instalaciones a primera hora, sobre las 8.30 horas, cuando recogía las llaves de los distintos departamentos de la sede central para poder moverse a solas por su interior sin tener que molestar a los responsables de seguridad.

La autorización de la que disponía el presunto terrorista, en calidad de empleado de la empresa Lehengoak, le permitía también acceder a la zona de despachos situada en la tercera planta del edificio central, en la que tienen sus dependencias los máximos responsables del Parque de Miramón. Tanto el presidente del complejo como el director general de la red de parques tecnológicos del País Vasco, Francisco Berjón, cuentan con uno en ese mismo lugar.

Éste último goza además de una dilatada trayectoria política en las filas del PSE que le ha granjeado, como a todos socialistas, el odio de los terroristas. Fue alcalde de Ermua durante 1983 y 1991 y apoderado en las Juntas Generales de Vizcaya.

Agirresarobe llegó a estar a trabajando a solas en más de una ocasión en las inmediaciones de su despacho. Pero el descrito no era el único escenario en el que el presunto asesino de Pagazaurtundua coincidía con posibles objetivos de la banda. Tanto la cafetería como el restaurante eran un lugar frecuentado con asiduidad por Agirresarobe, acostumbrado a tomarse descansos para tomarse un café.

La cafetería es el único local de esas características que se encuentra en el Parque de Miramón y su clientela está compuesta casi en exclusiva por empresarios. De hecho, es conocida como la «segunda sala de reuniones» de Adegi, debido a que sus representantes gustan de acudir allí a discutir sobre negocios de una forma más distendida. Así, el contacto de Agirresarobe con la jerarquía de la patronal guipuzcoana se producía de forma muy estrecha. Pero nadie podía sospechar que aquel tipo simpático con mono azul era un asesino de ETA a la espera de recibir instrucciones para actuar de nuevo.

De igual manera ocurría en el Arbelaitz, el restaurante que tiene el prestigioso cocinero vasco en el edificio y en el que el etarra se quedaba a comer los días que tenía que continuar su trabajo por la tarde. Se tiene constancia de que entró a sus comedores en alguna ocasión.

Allí compartía salón y camareros con los mismos empresarios amenazados y extorsionados por la organización, a los que podía observar de forma prolongada y con exactitud, dada la cercanía entre las mesas.

La mayoría de las personas del complejo apenas daban crédito a su arresto. No esperaban que «un tío tan normal» pudiera ser un sanguinario etarra. De hecho, destacan su carácter «amable» y el «buen humor» que exhibía con el resto de empleados, con los que acostumbraba a bromear y charlar sobre deporte.

Entrevista a Agustín Ibarrola por Iñaki Esteban‏

Agustín Ibarrola se mueve ágil por el estudio habilitado en su caserío de Oma, en Kortezubi, y dice que su receta para tener ese brío a los 80 años consiste en trabajar. Él lo hace en lo que le gusta, aunque ser artista no le ha resultado fácil. A los once años tuvo que dejar la escuela y encontró un empleo ayudando en un caserío. En París se empapó del ambiente artístico de la ciudad, pero también descargó camiones. Estuvo dos veces encarcelado en el franquismo y sigue amenazado por ETA en la democracia. Él sabe muy bien lo que ha hecho en estas ocho décadas, y sí, ha habido lucha política pero también una larga carrera artística que sigue en movimiento. Hoy es su cumpleaños, y también el de su mujer, Mari Luz Bellido. Y lo quieren celebrar. Por el arte pasado y por el que está por venir.

- ¿Cómo descubrió su vocación?

- Cuando trabajaba en el caserío sólo tenía tres horas libres los domingos, y como no me daba tiempo a salir lejos, subía al monte, cogía tejas blandas y con ellas dibujaba en las rocas animales y todo lo que se me ocurría. Luego, a los 14 años, entré en una zapatería industrial en Bilbao, empecé a ver exposiciones y enseguida me puse a pintar en unos grandes lienzos que me hacía mi madre cosiendo retales. Un pinche de la fábrica hacía rifas con mis cuadros y así me podía costear el material. A los 18, tuve mi primera exposición.

- Así que no le costó mucho empezar a mostrar su obra.

- Había una sala que se llamaba Studio, a la que solía ir a dar la lata, pero me veían tan aldeano que no me hacían ni caso. Les insistí en que era un artista moderno y al final me dijeron que les llevara mi obra. Les gustó, montaron la exposición y me dieron una beca para estudiar en Madrid con Daniel Vázquez Díaz. Como sólo había estudiado hasta los once años, no podía seguir una educación formal. Fue la mejor solución, aprendí mucho con el maestro, me trató con mucho cariño y siempre me dio su apoyo.

- ¿Le gustaba ese pintor?

- Había visto muchas veces sus cuadros en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Me fijaba mucho en su obra y en la de Aurelio Arteta. Veía en ellos una interpretación del cubismo con la que me sentía muy afín.

- Después, a principios de los cincuenta, se encontró con Oteiza.

- Venía del extranjero, sabía lo que se estaba haciendo en el arte moderno. Durante el franquismo no teníamos información y él nos la trajo y nos influyó. Nos enseñó la obra de Henry Moore, aunque él siempre ponía mucho énfasis en lo vasco, como todos sabemos.

- Usted también, ¿no?

- Sí, pero yo necesitaba trazar todo el recorrido de las vanguardias, desde el simbolismo al arte abstracto, y como aquí no podía hacerlo me fui a París. No me gustaba el localismo de algunos creadores vascos, y la vida en España era muy miserable para un artista. Llegaron a meterme en el calabozo, cuando hacía la mili en Loiola, por hacer unas declaraciones en las que alababa la capilla de Ronchamp, construida por Le Corbusier, hecha por una persona que no era creyente y muy propicia para los que sí lo eran. Alguno debió de ver en esta idea una provocación. Fue la primera vez que probé la represión.

El triunfo en París

- ¿Qué encontró en París?

- Fui con una mochila en 1956, en auto-stop y sin saber una palabra de francés. Allí me encontré con la necesidad de sobrevivir. Tiré de carretilla, moví bultos en las estaciones de tren, fui pintor de brocha gorda y también trabajé mucho en el mercado de Les Halles. Te ponías allí de noche con los brazos cruzados, llegaban los camiones y te cogían para descargar, media vaca o lo que fuera.

- ¿Le quedaba tiempo para el arte?

- Un mes de trabajo te daba para sobrevivir dos meses más. La ciudad era muy potente. En ella habían crecido todos nuestros héroes, Gauguin, Picasso, los surrealistas...

- Allí conoció a los españoles con los que fundaría Equipo 57.

- Tuvimos mucha suerte. Expusimos en un café y a los dos días recibimos una carta de la galería Denise René, justo la que nos interesaba. Nos invitó a exponer nuestra obra, incluido el manifiesto en el que nos posicionábamos contra las galerías. Fue el sueño de los jóvenes que triunfaban en París.

- ¿Por qué alternó luego la obra abstracta con otra más figurativa, en la que reflejaba la lucha obrera y la represión franquista?

- Había que levantar ese testimonio artístico de la España sin libertad, y sí, creo que ese periodo en el movimiento Estampa Popular fue importante, aunque lo tuve que pagar. Como yo era comunista, me asociaban con el arte soviético. Era todo lo contrario. Los artistas soviéticos alababan al poder, nosotros lo denunciábamos. Te catalogaban ideológicamente y a partir de ahí estabas perdido. Es una espina que siempre he tenido clavada.

- La del artista político.

- A mí me han llamado de todo. Yo me considero artista y ciudadano. A mis 80 años sé lo que hecho, o cuál es mi entidad, pero mucha gente se ha empeñado en ponerme todos los adjetivos que le ha dado la gana. He vivido muy malos momentos y solo los he superado trabajando y trabajando.

- Una vez encarrilada la Transición hace un arte muy ligado a la naturaleza, justo cuando compra el caserío en Oma. ¿Quizá porque ya no sentía la necesidad de la denuncia?

- Mi padre era obrero, mis hermanos también y yo lo fui hasta los 18 años. La lucha por la libertad, en la fábrica, en el plano artístico, al lado de las víctimas del terrorismo, es inseparable de mi obra, pero yo creo que no la agota ni mucho menos. En todo caso, ese vínculo con lo natural surge también de otra circunstancia: la pobreza. Muchas veces he utilizado el material que tenía a mano, piedras, maderas, sabiendo que vendría el mal tiempo, que crecería la maleza, que taparía la obra. Pero yo no podía dejar de crear, o de recrear la historia creativa del ser humano con el uso de esos materiales.

- Ahora está trabajando en cuadros grandes y coloristas.

- Tengo mucha ilusión por hacer cosas nuevas. No quisiera repetirme, precisamente en mi vejez. Ahora tendría que ser más libre que nunca.

Salud gasta más de 43.000 euros en cambiar un logo‏

La nueva imagen de marca del Parc de Salut de Mar de Barcelona.

Un poco más de 43.000 euros, más el IVA, es el coste total del cambio de imagen corporativa del Parc de Salut Mar, después del concurso de ideas convocado por el Departamento de Salut, según los datos publicados por el Boletín Oficial del Parlament. Esta cuestión fue planteada mediante una pregunta dirigida al Govern por el diputado de CiU Francesc Sancho.

En la respuesta de la consejera de Salut, Marina Geli, se afirma que "para elegir el nombre y el logotipo del Parc de Salut Mar se hizo un encargo a Esade sobre las directrices de elección de la nueva marca". Se añade que el consejo rector eligió entre las cuatro ofertas presentadas y que el desarrollo de la imagen corporativa corrió a cargo de DVA Asociados.

También se especifica que los criterios aplicados se basaron en cuestiones como "definir" y "desarrollar una nueva marca", la "detección de valores comunes", o la "generación de ideas para la marca". Finalmente, la nueva imagen de marca lleva el nombre de Parc de Salut Mar de Barcelona, y el coste total del cambio es de 43.160 euros más el IVA.

Libres de texto por Daniel Rodríguez Herrera‏

¿Por qué el modelo del software libre no se aplica fuera de sus estrechos márgenes? Bueno, lo cierto es que no es un modelo de aplicación universal. Ya en la Wikipedia tiene sus problemas, porque la enciclopedia carece de un estándar objetivo que permita establecer si una aportación es valiosa o no. El software funciona o no funciona. Por mucha verborrea que tenga un programador, por muy convincente que sea, si su código no va sus aportaciones no sirven de nada. No obstante, pese a carecer de un estándar semejante para distinguir el valor de cada contribución, mal que bien Wikipedia va tirando.

Hay otro sector, con un modelo de negocio bastante estable, que parece pintiparado para disfrutar de las ventajas de las aportaciones voluntarias: los libros de texto. En España lo tendríamos fácil: el Ministerio impone qué debe estudiarse y sólo bastaría con que grupos de voluntarios prepararan el material apropiado no necesariamente para un curso entero, sino para determinadas "unidades didácticas", o como quiera que las llamen ahora los pedagogos cursis, que se podrían luego unir para ofrecer un libro completo a los alumnos.

El sector editorial facturó 844,45 millones de euros en España a cuenta de los libros de texto, ya fuera cobrando de las administraciones o de los padres. En buena medida la razón de semejante cifra está en la increíble velocidad con que estos materiales quedan obsoletos, pese a que los temarios no varían demasiado que digamos; se cambian dos dibujos y el tipo de letra de modo que los números de página no coincidan, y listo. En Estados Unidos pasa lo mismo. Scott McNealy, cofundador de Sun, recuerda que cada año se gastan entre 8.000 y 15.000 millones de euros en libros de texto. Es más de lo que pagó Oracle por su empresa. Ahora que tiene tiempo libre ha decidido embarcarse en la aventura de ofrecer libros de texto gratuitos mediante una organización llamada Curriki.

El principal problema no es encontrar buenos profesores en activo o retirados plenamente dispuestos a participar, sino pasar por el filtro de la aprobación oficial de ministerios y consejerías autonómicas. No sería de extrañar que algunos se resistieran a, ejem, permitir que las editoriales tradicionales como Santillana acabasen en la ruina. Ustedes ya me entienden. Pero, idealmente, supondrían un estándar de objetividad que le viene que ni pintado a un proyecto de estas características.

No obstante, aún habría que imprimirlo y eso cuesta. Pero podría distribuirse por vía electrónica. El primer Kindle, lanzado en 2007, costaba 399 dólares. El siguiente modelo se lanzó el año pasado a un precio de 359 dólares que fue bajando paulatinamente hasta los 259. El más reciente está disponible ahora mismo por 139 pavos. Evidentemente, esta bajada no va a continuar indefinidamente, pero no parece impensable que los precios acaben en los alrededores de los 50 euros para los modelos más sencillos en muy pocos años. ¿Se imaginan que ese fuera el único gasto que tuvieran que hacer en los libros de texto de sus hijos durante toda su etapa escolar? ¿Qué a partir de ahí bastara con alimentar estos cacharros con material gratuito escrito bajo las premisas que han permitido la creación de Linux, Firefox y otras aplicaciones que usamos a diario sin enterarnos?

Sin duda, librerías y editoriales sufrirían como lo han hecho discográficas y tiendas de discos. Pero no podrían quejarse más que aduciendo que crean empleo, y cuando ese es el único argumento que puedes ofrecer para justificar tu existencia es que ya no tienes nada útil que aportar a los consumidores.

Quizá lo único que nos haga falta para olvidarnos del pastizal que nos gastamos cada mes de septiembre y el enorme peso que hacemos descansar sobre las lumbares de nuestros niños sea un Scott McNealy dispuesto a liderar un proyecto como éste. ¿Alguien se anima?

Daniel Rodríguez Herrera es subdirector de Libertad Digital, editor de Liberalismo.org y Red Liberal y vicepresidente del Instituto Juan de Mariana.