Van Gogh, ese célebre desconocido. E.J. Rodríguez













Si en su primera etapa siguió los cánones más paradigmáticos de un pintor holandés, el contacto con la pintura francesa dio un giro de ciento ochenta grados a su obra. Vicent Van Gogh descubrió un nuevo mundo pictórico, totalmente opuesto al suyo, en aquel atrevimiento cromático de los impresionistas, en su desdén por las formas clásicas y su irreverente tendencia a la experimentación. Desde un punto de vista puramente pictórico, Van Gogh sufrió una metamorfosis y se convirtió en un pintor completamente distinto tras ser expuesto a la vanguardia francesa.

Su contacto artístico y personal con nombres como Gauguin, Cezanne, Tolouse-Lautrec, o con puntilllistas como Signac y Seurat le sumergió en una corriente revolucionaria en la que todos aquellos pintores se influían mutuamente en un proceso de cambio constante. Van Gogh renació convertido en un nuevo artista, con un nuevo amor hacia los colores vivos, profundamente marcado por las teorías del color que manejaban los impresionistas. Abandonó el realismo y la preocupación típicamente holandesa por la luz natural —o por la sombra— para empezar a experimentar con las posibilidades sin fin del juego cromático. Adoptó técnicas impresionistas como la de componer nuevos tonos a base de pinceladas aisladas de colores distintos y no simplemente mezclando los colores en la paleta como había hecho hasta entonces. El color, en sí, se convirtió en su nuevo objeto de adoración, sustituyendo a la luz diurna y la tiniebla, que en su forma convencional prácticamente desaparecen de su trabajo.


Casi cada elemento de su estilo se puede explicar como resultado de influencias puramente artísticas. Su estilo es producto de su genio, no de sus trastornos. Los colores chillones o las pinceladas bruscas no son reflejo de sus emociones o de su condición psiquiátrica. Van Gogh pintaba “así” porque “ése” era su estilo, un estilo que había evolucionado como el de cualquier otro pintor: como resultado del contacto con otros pintores y obras ajenas a la suya propia. Las técnicas y peculiaridades de su arte están presentes, aunque repartidas, entre otros muchos pintores contemporáneos o anteriores a él.


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