Paro e instituciones laborales (I): Efecto nacional. Samuel Bentolila


Las instituciones laborales no existen porque sí. Se crearon para garantizar una renta mínima a los trabajadores empleados (salario mínimo) o parados (prestaciones por desempleo), defender sus intereses (sindicatos, regulación de negociación colectiva) o proporcionarles seguridad en el empleo (costes de despido). Pero tienen un coste potencial: a cambio de aumentar la seguridad y (a veces) mitigar la desigualdad, reducen la eficiencia y (a menudo) el empleo. Si las instituciones se diseñan bien (junto con otros factores, claro), se puede tener alta seguridad y baja tasa de paro (Escandinavia), pero lo normal es poca seguridad y paro bajo (EEUU) o mucha seguridad y paro alto (Europa continental).

¿No afecta la demanda al paro? Por supuesto que sí. Una política monetaria (p. ej. una bajada del tipo de interés) o fiscal (p. ej. bajada de impuestos) expansiva tiende desplazar la demanda de trabajo (hacia la derecha en el gráfico) y a elevar el empleo. Pero no indefinidamente. De nuevo simplificando mucho, el mecanismo fundamental de reequilibrio es el siguiente: cuando el paro cae por debajo de la tasa de paro estructural (exceso de demanda) los salarios reales suben, esto reduce la demanda de trabajo de las empresas y el paro sube otra vez hasta su nivel estructural. Y viceversa cuando el paro es superior al paro estructural.

[...]

¿Cómo abordaron Blanchard y Wolfers este problema? Señalando que las instituciones no solo afectan a la tasa de paro sino a como ésta reacciona ante los shocks. Por ejemplo, ante un aumento de los precios del petróleo, el paro sube. Cuanto más altas sean las prestaciones por desempleo, mayor es la duración del paro, con lo que los parados van perdiendo sus capacidades o dejan de buscar. A su vez las empresas desconfían de los parados de larga duración y no los contratan. Y los que siguen empleados no los ven como competidores. En suma, el paro ejerce en menor medida su función de moderación salarial.


Leer completo en Nada es gratis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario