Más sobre la prohibición de la marcha atea

Ya he comentado la prohibición de la marcha atea en otra entrada del blog, pero me quedan cosas por decir. Sobre la marcha y sobre otros temas.

Primero algunas de mis ideas sobre la religión y Dios:

- No soy religioso. No me gusta la religión. Respeto a las personas que siguen una, siempre y cuando eso no implique ninguna obligación para otras personas no creyentes, y siempre y cuando la ley sea igual para esas personas creyentes que para los no creyentes.

- No hay ninguna prueba objetiva de la existencia de Dios, es decir, no hay ninguna prueba verificable por cualquier persona que pueda probar la existencia de un ser superior. Lo que me lleva a pensar que Dios sólo existe en la cabeza de ciertas personas.

- La religión ha sido muy importante para el desarrollo cultural del mundo. En particular la religión cristiana ha sido fundamental para hacer del mundo occidental lo que es hoy en día. Aquí se puede sobre esto.

- Ateo es un término derivado de la religión. No me gusta etiquetarme, prefiero pensar sobre cada idea en particular. Soy no creyente, creo que la ciencia es el mejor invento del hombre, no creo que haya más vida que la que tenemos en la tierra, creo que la vida no tiene ningún sentido ni propósito, creo que no debemos hacer las cosas que no nos gusten que nos hagan a nosotros, creo que debemos tratar de ser felices y hacer felices a los demás, creo que debemos ayudar a los demás, creo en definitiva que debemos llevar una vida en la que busquemos lo mejor para todos. Si eso me hace ateo, pues llámenme ateo. Si eso me hace otra cosa, llámenmelo.

Ahora algunas de mis ideas sobre la libertad:

- El derecho de manifestación es básico en un sistema democrático.

- Si alguien quiere hacer una manifestación en contra de otro colectivo está en su derecho. Debe comunicar a las autoridades su propósito y recibir la autorización pertinente.

- Si alguien se ofende porque se discuten sus ideas o creencias, es su problema, no de quién las cuestiona. Si a alguien le molesta la discrepancia, debe guardar sus ideas para sí mismo. Una vez expuestas al público, todas las ideas, he escrito todas, son criticables y se puede hacer mofa de ellas.

- No se debe atacar a las personas. Ni física, ni verbalmente.

- Si prohibimos una manifestación atea porque molesta a los creyentes nos estamos equivocando. Nunca iría a una manifestación de ese tipo. Pero limitar ese derecho, porque ese día es especial para otras personas, es un error.

- Si durante la manifestación se comete algún delito, hay que detener al culpable o culpables y juzgarlos.

- Que haya una ley para juzgar a los que ofendan a creencias religiosas me parece un error más.

Todo esto, por supuesto, tiene poco valor. Al fin y al cabo yo soy un don nadie. Pero quiero hacer una reflexión:

Cómo vamos a decirle a un país, donde la religión principal sea otra distinta a la cristiana, que permitan el uso de ésta. Ellos argumentarán, como hacen muchos aquí en contra de la manifestación atea, que es un ataque contra sus creencias. No permitirán ni la más mínima expresión cristiana, ni manifestaciones defendiendo el derecho a seguir la religión cristiana, ni tener lugares de culto, ni nada. Y cómo vamos a defender el uso del cristianismo en ese país, al fin y al cabo allí la mayoría tiene otra religión, y la religión cristiana ofende a sus creencias.

No me vale el argumento de que aquí, en España, puede ser ateo el que quiera, faltaría más. Lo que quiere un ateo, y todo el mundo, es poder expresar sus ideas en público y conjuntamente con otras personas que piensen lo mismo. Y eso se ha prohibido.

Creo que es muy peligroso juzgar las cosas según nos guste o no la música. Porque cuando llegue nuestro turno, cuando nos prohíban a nosotros algo, nadie nos ayudará. Todos dirán que lo elegimos, que cuando tuvimos oportunidad de defender la libertad de expresión de otras personas, que pensaban diferente a nosotros, nos callamos e incluso aplaudimos la decisión.

Se supone que la religión cristiana tiene entre sus dogmas el de poner la otra mejilla. Qué mejor manera de hacerlo que aceptar esa manifestación. 

Si se está tan seguro de la existencia de Dios, de la fe propia, de los dogmas. Cómo se puede preocupar uno por las mofas, burlas y ataques dialécticos de unos ateos.

Por último, me parece bien prohibir manifestaciones que exalten el terrorismo, la violencia sobre las personas o nieguen hechos probados como, por ejemplo, el holocausto judío.