Las víctimas del terror montonero no cuentan en Argentina

Entrevista a Victoria Villarruel por Carmen Muñoz.

Victoria Villarruel por Ernesto Agudo
Su abuelo fue víctima de la violencia guerrillera de izquierdas que Argentina sufrió en los 70 a manos de los montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Victoria Villarruel preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), una ONG que defiende el derecho de 18.331 víctimas directas documentadas a «la Justicia, la verdad y la reparación». Han llegado a esa cifra, dice, investigando recortes de prensa, libros y revistas de las guerrillas. De ellos, 1.355 perdieron la vida.
—¿Qué reclaman al Gobierno?
—Le exigimos que abra los archivos sobre esa época, para que podamos completar nuestra investigación, y una comisión de la verdad. Pero el Gobierno discrimina en razón de la ideología y de quién cometió los crímenes. Solo reconoce a una clase de víctimas, a las de los abusos del Estado. Si fuiste montonero tienes derechos, pero las víctimas del terror de izquierdas no cuentan.
—¿Por qué denuncia que especialmente durante los mandatos del matrimonio Kirchner no se ha reconocido a estas víctimas?
—Porque en todas las estructuras del Estado, incluido el Poder Judicial, hay personas que formaron parte de los montoneros o del ERP, o estaban relacionados con estos grupos. Es difícil lograr justicia cuando el poder está en manos de quienes agredieron. En los últimos diez años no ha prosperado ninguna causa judicial nuestra.
—¿Cuál es el perfil de los afectados?
—El 70% de las 18.331 víctimas eran civiles apolíticos, por eso no reclamaron sus derechos al Gobierno. No se conocían, eran sindicalistas, jueces, judíos, católicos, extranjeros... El 30% eran uniformados agredidos en situación de descanso, por lo que son civiles según el derecho internacional.
—¿Hay alguna víctima española?
—Sí, Arturo Mor Roig, político nacido en Lérida que fue asesinado en un restaurante (de la Unión Cívica Radical, ministro de Interior durante el Gobierno de facto de Alejandro Lanusse).
—¿Mantienen contacto con alguna organización de víctimas española?
—Nos hemos inspirado en la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), con la que colaboramos. Vemos con preocupación que España le conceda ser parte a ETA en las negociaciones del final. Un grupo terrorista no tiene que ser parte, tiene que entregar las armas, pedir perdón y hacerse responsable de los crímenes. Cualquier cierre que no tenga estos puntos no es acorde a la pacificación.
—¿Cómo cerró su país ese capítulo?
—Queremos difundir nuestra experiencia para que no se repita en España, donde ETA asesinó a 829 personas en 43 años, mientras que los montoneros y el ERP causaron 1.355 en una década. Estos se insertaron en el Estado y sus víctimas quedaron eliminadas de la memoria histórica.
—¿Se sienten amenazados?
—Es un tema tabú. Por defender o asesorar a estas víctimas nos ponemos en peligro y nos llaman fascistas.

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