El Imperio español (Rivers of gold). Hugh Thomas. 2003



Con más de 800 páginas el libro describe "las hazañas de las dos primeras generaciones de exploradores, colonizadores, gobernadores y misioneros que abrieron el camino al enorme imperio americano de España" (P. 5). Desde el descubrimiento de América, por Cristóbal Colón, hasta los inicios del reinado de Carlos I.


El libro se complementa a la perfección con el de John Elliott, La España Imperial. El de Elliott se centra más en la política y las figuras de los reyes, dejando de lado la conquista de América, mientras que el de Thomas trata casi exclusivamente temas relacionados con la conquista.



Muy entretenido, lo incluyo entre mis libros. 

Está plagado de datos, fechas y personas, como Cristóbal Colón, Francisco de Bovadilla, Nicolás de Ovando, Diego Colón, Vasco Núñez de Balboa, Pedro Arias Dávila "Pedrarias", el Cardenal Cisneros, Fernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano, y muchas más.



El autor trasmite muy bien la labor colosal que supuso en esa época el descubrimiento y conquista de unos territorios tan vastos e inhóspitos. Eso es lo mejor del libro, que permite tener una visión global de la época y las personas que participaron en los hechos.



En el libro también hay espacio para anécdotas, vivencias personales, y detalles del día a día, pero es más un libro para acercarse a la época de una manera general y luego profundizar con otros libros más específicos. Uno de esos libros podría ser el de Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, (1568. Tomo I - Tomo II).



Hace 500 años la vida era muchísimo más dura de lo que es ahora, incluso para los más favorecidos. Existían clases sociales, aceptadas por la mayoría, como los esclavos, por ejemplo, "en España, en el año 1490, debe haber habido aproximadamente 100 000 esclavos" (p. 45). Las tesis de Matt Ridley, en El optimista racional, cobran aún más fuerza a la luz de la historia. ¡Vamos a mejor!



El tema judío está presente en la obra. Debido al acoso que sufrieron muchos "abrazaron el cristianismo con objeto de evitar más persecuciones" (p. 52). A  lo largo de la obra se observa como muchos descendientes de conversos van buscando su lugar en la conquista de América. Por ejemplo, la lectura de Aly Herscovitz. Cenizas en la vida europea de Josep Pla nos descubre cómo acabó toda esta persecución histórica contra los judíos.



El afán de intercambio hacía que en los barcos llevaran "cascabeles, cuentas de vidrio de Venecia y otros objetos de vidrio" (p. 108).



La forma de administrar justicia ha variado, por ejemplo: "En diciembre de 1492, Fernando había sido atacado por un hombre con un cuchillo en la plaza del Rey de la capital catalana. [...] El agresor era un perturbado mental, 'el payés Juan de Cañamares'" (p. 125). Al agresor, "el 12 de diciembre, en una alta plataforma de Barcelona, le cortaron la mano derecha, con la que había llevado la daga, al igual que los pies que le habían llevado a la sala del consejo. Le arrancaron los ojos que le habían guiado hasta allí y luego también le arrancaron y quemaron el corazón que le había impulsado. Le arrancaron la carne del cuerpo con tenazas y luego fue entregado a la gente para ser apedreado y quemado en la hoguera" (p. 721). O cuando Colón "mandó azotar [a unos], a otros les cortó las orejas, y a otros la nariz, de tal manera que, como escribió Cuneo, 'daba compasión verlos'" (p. 168). 


En la conquista hubo muchos que se comportaron con brutalidad con los indios, pero hubo "otros (entre los que había enemigos de Colón como fray Bernardo Boil y Pedro Magarit) [que] reprobaban todo maltrato de que fuesen objeto los indios" (p. 162).


Dan que pensar esos azares de la vida, como la muerte del Infante Don Juan (p. 198). ¿Cómo habría sido la historia de España sin esa muerte? Supongo que a grandes rasgos no muy diferente, porque la historia es mucho más que los reyes que dirigieron los países, pero es evidente que habría diferencias.



Quienes no podían viajar a América eran los "asesinos, falsificadores, incendiarios, 'sodomitas' (presumiblemente, todo tipo de homosexual), traidores, herejes o cualquiera que hubiese sacado dinero fuera de Castilla" (p. 200).



Como curiosidad el nombre de Venezuela o "pequeña Venecia" viene de la visión de los conquistadores de Aruba, "donde muchos nativos se alojaban en viviendas plantadas en el mar 'como en Venecia'" (p. 226).



Había "pensadores" como fray Bernardo de Mesa cuyas ideas eran que "los indios del Nuevo Mundo eran hombres libres, pero que tenían propensión a la pereza, y era deber del rey ayudarlos a superar esta limitación. La libertad absoluta era malo para ellos, por lo que era deseable una forma de servidumbre" (p. 351).


"Las limitaciones del poder" afectaban "incluso (a) los más poderosos monarcas", por ejemplo, cuando "Fernando (el Católico) trató de disponer que el duque de Alba fuese el regente, en caso de que él muriese, lo que constituía una violación del testamento de Isabel, que estipulaba que fuese el cardenal Cisneros quien ocupase la regencia tras la muerte de Fernando. Tendilla apoyó al duque de Alba pero otros nobles poderosos, como por ejemplo el duque del Infantado y el condestable Velasco [...] apoyaron a Cisneros" (p. 362).

"El hecho de que los sacerdotes idealistas pretendiesen compensar la escasez de mano de obra india con esclavos negros de África muestra que el Renacimiento se disponía a aceptar patrones de comportamiento clásicos en más de un aspecto" (p. 435). Curiosa manera de pensar, indios no pero negros sí. Es cierto que ahora lo vemos con otra perspectiva y dentro de otra cultura, pero me sigue pareciendo difícil de entender.


El pensamiento de la época no era único, por ejemplo, cuando "se discutió sobre qué sentencias debían seguir a la guerra de los comuneros: Francisco de los Cobos y el obispo Ruiz de la Mota, al igual que el obispo Fonseca y Hernado de la Vega, apostaban por seguir una línea dura, mientras que otros hombres que en realidad habían salvado el reino, el condestable Velasco y el almirante Enríquez, apostaban por el perdón" (p. 534).



Algunos datos ilustran el tipo de mundo y la cultura de algunos pueblos mesoamericanos: "México-Tenochtitlan era mayor de lo que Venecia había sido en 1519, y también que cualquier ciudad Europea de la época, con la posible excepción de Constantinopla" (p. 543). "Ese hombre (un refugiado de las provincias interiores del oeste) había observado al juez (de Darién llamado Corrales) leyendo un documento y le había preguntado: 'Eh, ¿también vosotros tenéis libros? ¡Cómo! ¿También vosotros usáis de caracteres con los cuales os entendéis estando ausentes?" Aunque los libros ilustrados mexicas eran inferiores en calidad, tenían el mismo propósito" (p. 551). Es curioso comprobar como civilizaciones tan distanciadas, sin contacto, fueron capaces de desarrollar hábitos y habilidades similares. La evolución es la evolución.



Por supuesto se menciona en el libro la ayuda que proporcionaron a los españoles "otros pueblos (que) habían sido conquistados y sometidos y, como es lógico, guardaban por ello un agrio resentimiento contra los mexicas" (p. 568).



Un material muy importante en la época era la madera, que "se usaba para construir las casas, para los carros, para los barcos, para el puente sobre el río, para los toneles y también para alimentar los fuegos de los hornos. La madera era pues, en cierto sentido, la base de todo. Pero ya se habían consumido todas las existencias de roble (como el que había en el robledal de Constantina), y se creía que la madera de pino era inferior. Así pues, se importaba roble y otras maderas nobles de Inglaterra, Galicia, Alemania e incluso Escandinavia" (pp. 623-624).



Una reflexión de "un general del siglo XX (que) escribió al comienzo de la retirada de su país del norte de África: Cada época tiene una manera de ver las cosas, que difiere profundamente de lo que vino antes o vendrá más tarde. Las costumbres en este aspecto son inestables y, en general, nos influyen más de lo que suponemos. Nos consideramos seres libres y razonable. Pero todos nosotros somos, nos guste o no, juguetes de grandes corrientes de ideas" (pp. 624-625). Estoy de acuerdo con lo que trasmite este párrafo, pero eso no debe impedirnos pensar y oponernos a conductas, que aunque aprobadas por la mayoría, nos parezcan inmorales o lesivas para las personas. Así sucedió, por ejemplo, con mucha gente que se opuso a la esclavitud en su momento.




Título: El Imperio español

Título original: Rivers of gold
Autor: Hugh Thomas
Editorial: RBA
Fecha: 2004
Traductor: Víctor Pozanco
Páginas: 840

Víctimas, 4 de noviembre: Miguel Lasa Arruabarrena y Víctor Lago Román



El 4 de noviembre de 1980 fallecía en la residencia de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián MIGUEL LASA ARRUABARRENA, horas después de haber sido herido en el atentado que tres miembros de la banda terrorista ETA perpetraron en el Bar Haizea de Zarauz. De resultas del mismo fallecieron cuatro guardias civiles y resultaron heridos un quinto agente y otras cuatro personas, todas ellas clientes del bar que se encontraban en el interior del establecimiento cuando los etarras empezaron a disparar.
Miguel Lasa fue herido en la cabeza cuando salía de los servicios del local con el camarero Antonio Izquierdo, también herido en el atentado. Fue sometido a una delicada operación quirúrgica de la que no consiguió salir, falleciendo a las once de la mañana.
Miguel Lasa Arruabarrena, de 49 años y soltero, era natural de Zarauz. Su familia estaba vinculada al Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Poco después de las ocho y media de la mañana del 4 de noviembre de 1982dos miembros del grupo Argala de ETA ametrallaban en Madrid al general de División VÍCTOR LAGO ROMÁN y al conductor de su vehículo, el soldado Juan Carlos Villalba González.
El general se dirigía en el vehículo oficial al cuartel general de la División Acorazada de Brunete en las afueras de Madrid. Al salir del domicilio, en la calle Santa Engracia, el soldado puso el banderín con las dos estrellas correspondientes al cargo de general de División de su ocupante. Cuando circulaban por la avenida de los Reyes Católicos, cerca de la Ciudad Universitaria, una moto de gran potencia ocupada por dos terroristas se colocó en el lateral derecho del vehículo oficial y uno de ellos empezó a disparar con un subfusil. El general falleció en el acto, alcanzado por varios disparos en la cabeza, mientras que el conductor, que dio un volantazo hacia la izquierda cuando empezaron a disparar, quedó gravemente herido con una herida en la frente. Alrededor del vehículo se recogieron unos veinte casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum.
Los terroristas habían elegido cuidadosamente un punto del itinerario de Víctor Lago Román que ofrecía varias posibilidades de huida: hacia la Ciudad Universitaria para volver al centro, hacia la propia carretera de El Pardo, hacia la autopista de La Coruña o hacia el Puente de los Franceses.
Varias personas, entre ellas una doctora, se acercaron al vehículo. Pese a que el general Lago Román presentaba claros síntomas de haber fallecido, la doctora lo trasladó en un taxi a la Clínica de la Concepción, muy cerca del lugar del atentado. El parte clínico difundido a primera hora de la tarde por la dirección del hospital precisaba que el general había ingresado ya cadáver en el hospital a las 8:40 horas. Según fuentes de la citada clínica, el general presentaba de seis a siete impactos de bala en la cabeza, todos ellos mortales.
Juan Carlos Villalba, el soldado conductor, de 22 años y natural de Oviedo, también ingresó en el hospital con herida de pronóstico grave por arma de fuego en la región occipital. A pesar de la herida, pudo comentar que les ametrallaron "desde una moto dos chicos vestidos de anorak que se acercaron a nosotros por la derecha. La moto se puso a nuestra altura y los jóvenes dispararon dos o tres ráfagas de metralleta (...) Al ver que iban a disparar, sólo tuve tiempo de dar un volantazo hacia la izquierda y agachar la cabeza".
La capilla ardiente quedó instalada a primeras horas de la tarde en el Cuartel General del Ejército, donde a las seis de la tarde se celebró una misa por el jefe de la unidad, a la que sólo asistieron los familiares más allegados. A las once de la mañana del día siguiente, 5 de noviembre, se celebró una misa de cuerpo presente, tras la cual los restos mortales del general fueron trasladados a Puentedeume (La Coruña), para ser inhumados.
La presidencia oficial del funeral la integraban el ministro de Defensa, Alberto Oliart; el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (PREJUJEM), Álvaro Lacalle Leloup; los Jefes de Estado Mayor del Ejército (JEME), Ramón Ascanio y Togores; de la Armada (AJEMA), Saturnino Suanzes de la Hidalga, y del Aire (JEMA), Emilio García Conde y el capitán general de la 1ª región militar (Madrid), Ricardo Arozarena Girón. No asistió el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, pese a que estaba previsto.
El estamento militar recibió con pesar e indignación el asesinato de Víctor Lago, un general que gozaba de gran prestigio por su valía profesional, su autoridad moral y su indiscutible apuesta por la legalidad. El asesinato del general Lago Román fue calificado como el más grave hasta ese momento desde el perpetrado contra el presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973. Víctor Lago Román era el jefe de la unidad de intervención inmediata más importante del Ejército español, la División Acorazada Brunete, que tenía sus cuarteles en la periferia de Madrid. El atentado tuvo un gran impacto político, no sólo por el prestigio del general asesinado, sino por el momento elegido, apenas una semana después de que el PSOE ganara las elecciones del 28 de octubre y cuando Felipe González, presidente electo, no había tomado posesión oficial de su cargo.
El 5 de noviembre ETA reivindicó el atentado mediante una llamada telefónica al diario Egin, de San Sebastián. En 2006 la Audiencia Nacional condenó a sendas penas de 50 años de prisión a Henri Parot y Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, alias Txikierdi. El chófer del general declaró en el juicio que a la altura del Arco de la Victoria los terroristas, en moto, se acercaron al coche oficial y dispararon contra ambos: "Me sorprendió ver una moto a toda velocidad que se acercaba a nosotros. La vi por el retrovisor y se puso a nuestra altura. Iban dos personas con cascos integrales. Los miré fijamente y mi general también. Sin moverse se pusieron a disparar por ráfagas muy cortas, aunque a mí se me hicieron eternas".
Víctor Lago Román, de 63 años, era natural de Carballino (Orense). Estaba casado y tenía ocho hijos. Vivía con su mujer y la única hija que no se había casado. Ingresó en el Ejército como voluntario en 1936, cuando tenía sólo 17 años. Fue oficial de la Legión hasta que, en 1972, ascendió a coronel. Formó parte de la División Azul y participó en las campañas de Ifni y del Sáhara. Estuvo al frente del Regimiento Wad Ras, integrado en la División Acorazada Brunete. Cuando ascendió a general, fue puesto al frente de la BRIDOT, las Brigadas de Defensa Operativa del Territorio de Madrid. En octubre de 1981 fue nombrado gobernador militar de Madrid y en diciembre ascendió a general de División, al frente de la División Acorazada Brunete. El día de su asesinato no llevaba escolta, según su costumbre. Alguna vez había confesado a uno de sus amigos que prefería ir solo: "Si vienen por mí, que vengan; no tengo miedo, pero no quiero que muera nadie más", había dicho.

Guía para la definición de una estrategia antisísmica en el proyecto de edificios de nueva planta

Consejería de Obras Públicas de Murcia .



Antecedentes y objeto.

El pasado día 11 de mayo de 2011, la región de Lorca (Murcia) sufrió una serie de movimientos sísmicos que conllevaron importantes daños, con afección a parte del patrimonio construido en la ciudad, así como la pérdida de algunas vidas humanas.

En algunos casos, los daños producidos sobre las edificaciones existentes han obligado a su demolición, por lo que es necesario abordar las tareas de construcción de los nuevos edificios que sustituyan a aquéllos.

Dicha circunstancia ha aconsejado al Gobierno de la Región de Murcia analizar el comportamiento que han presentado las construcciones existentes frente al sismo acaecido, identificando los factores que se han manifestado como más influyentes y clasificando la naturaleza y relevancia de los daños provocados. Todo ello con la finalidad de poner a disposición de los técnicos unas recomendaciones relativas al proyecto estructural de nuevos edificios en el ámbito de la Región de Murcia.

El objeto de esta guía es, por lo tanto, identificar las directrices más relevantes para la consideración de una estrategia antisísmica en el proyecto de estructuras que formen parte de edificaciones de obra nueva en la Región de Murcia.

La referida estrategia debe articularse necesariamente alrededor de la vigente normativa de construcción sismorresistente. Por lo tanto, no es el objetivo la propuesta de criterios necesariamente novedosos respecto a la normativa vigente, sino proporcionar unas directrices que, a modo de recordatorio y de forma sistemática, faciliten su aplicación adecuada en la definición y ejecución de los elementos estructurales, así como en la conexión de los no estructurales a los elementos resistentes.

La utilización de este documento es complementaria a la de la norma de construcción sismorresistente vigente, NCSE-02, aprobada por Real Decreto 997/2002, de 27 de septiembre, no pudiendo considerarse que en ningún caso sustituye a la misma ni justifica cualquier incumplimiento que conlleve una disminución de las garantías de seguridad y de servicio derivadas de su aplicación.

Lecturas 04.11.2012

Krugman y Navarro, por Carlos Rodríguez Braun.

El único día fácil fue ayer, por Cristian Campos.

El Tour de 1987: 25 etapas y un prólogo de duelo Delgado-Roche, por Guillermo Ortiz.

Soñar con un techo, por Martha Beatriz Roque Cabello.

Cómo funciona la campaña de Obama por dentro, por Jordi Pérez Colomé.