Lecturas 21.03.2013

Déficit 2013: redención o condena definitiva, por Abel Fernández.

El sector público español se encuentra frente al reto de cerrar sustancialmente su déficit tras años de ajustes menores. Parte del problema se encuentra en que es imposible recaudar más en un entorno de recesión. La otra parte es que muchas partidas de gasto tienen una enorme inercia que obliga a recortes muy descompensados.

Pero tras el descomunal ajuste de familias y empresas, el sector público debe liderar por fin la reducción del recurso a la financiación. Si España en su conjunto logra reducir su deuda externa neta, nuestra economía pasará a ser un lugar mucho más apetecible para la inversión externa. Por el contrario, si el sector público no da muestras de poder reducir rápidamente su déficit, puede llegar un momento en que el remolino de la deuda lo atrape irremisiblemente, conduciéndolo, a pesar de los esfuerzos, hacia el default final.

Arcadi Espada presenta su nuevo libro, "En nombre de Franco" en 'LD Libros'.

Carmen Carbonell y Mario Noya entrevistan al escritor y periodista Arcadi Espada con motivo de la publicación de su nuevo libro En nombre de Franco, que trata de la intervención de la diplomacia española para salvar judíos en el Budapest ocupado por los nazis.

Cuba: Entrevista a Berta Soler, líder de la Asociación Damas de Blanco, por Patricia Villarruel.

Simpatizantes castristas están dispuestos a boicotear su visita...

Dos días antes de salir me dijeron: “Te tienen preparado un acto de repudio”. ¡Pues que vengan! Estoy preparada. He tenido cientos y he dado la respuesta que se merecen. Si sucede aquí, en España, estamos en un país donde hay democracia y libertades; las personas tienen derecho a repudiar al que no quieren. En Cuba no podemos; ni siquiera si se trata de acciones de apoyo. En marzo del 2012, cuando llegó (el entonces papa) Benedicto XVI a Cuba, pasamos 16 horas en el calabozo solo por querer participar en las misas.

Primeras Impresiones del Rescate de Chipre, por Xavier Sala i Martín.

¡Si! Es cierto que el sistema bancario chipriota está inundado con el dinero de oligarcas rusos cuyo origen (el del dinero) es más o menos sospechoso, más o menos ilegal. Y entiendo el argumento (hecho por el Fondo Monetario Internacional) de que si se expropia un porcentaje de los depósitos de más de 100.000 euros, una parte del rescate lo van a pagar los oligarcas rusos y no el contribuyente chipriota o europeo y eso es atractivo políticamente porqué el rescate tiene que ser aprobado en los países que van a acabar poniendo el dinero (en particular, el paquete del rescate va a tener que ser aprobado por los cada día más reticentes parlamentos alemán, finlandés y holandés). Pero dejando de lado si es eficiente tratar el problema del dinero negro ruso de esta manera, la decisión de la UE ha ido mucho más allà y ha confiscado el 6,75% de los depósitos de menos de 100.000 euros, mayoritariamente en manos de los ciudadanos chipriotas de a pie por lo que estos acaban pringando porque van a tener que devolver los 10.000 millones del rescate a través de los recortes que les van a caer a partir de mañana y, ADEMÁS, han perdido el 6,75% de los ahorros que tenían en sus depósitos bancarios. Esto es una muy mala noticia por muchas razones.


Pagar menos, por Carlos Rodríguez Braun.

Pues bien, ese mismo argumento disparatado llevó a los políticos de todos los partidos a facilitar la jubilación anticipada: se sostenía seriamente que así se animaba el empleo. Falso como una moneda de dos caras. Pero el camelo se mantuvo mientras la economía crecía, y la factura de estos onerosos juegos redistributivos podía escamotearse repartiéndola entre muchos millones de contribuyentes y cotizantes. Pero cambió el viento, vino la crisis, y donde dije digo, digo Diego. Primero los socialistas y después los populares recorrieron el mismo camino: no sólo subieron los impuestos, sin duda la peor de las medidas posibles, sino que, cuando se vio que esto daba sus habituales frutos, abortaba la recuperación, aumentaba el paro y hundía al país otra vez en la recesión, cambiaron el discurso.